Para ellas y ellos el Día del Libro que se celebra el próximo domingo 23 –o el de la Biblioteca, que llegará el 24 de octubre– se produce todo el año. Trabajan en varios de los centros con los que cuenta Álava, realizando una labor fundamental, básica para cualquier sociedad, que pasa por la investigación, catalogación, conservación y difusión de los fondos que atesoran estos espacios, desde novelas hasta películas pasando por una variedad muy amplia de documentos y títulos.

A estos bibliotecarios y bibliotecarias, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA les ha puesto en un pequeño aprieto: seleccionar un libro que, por la razón personal o profesional que sea, es especial. Aceptado el reto, las propuestas llegan desde la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa (Vitoria), las bibliotecas de Agurain, Amurrio, Laguardia, Zuia y Campezo, y el Centro de Internet Rural y Biblioteca Comunitaria Ihuda Ibaia.

Gasteiz

Cientos de personas pasan cada día por la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, que cuenta con un amplio programa de actividades –clubes de lectura, exposiciones, charlas, recitales...– sin perder de vista sus inabarcables fondos. Imposible resumir todo lo que ofrece un lugar desde el que llegan dos títulos recomendados.

Ane Unzalu en la Biblioteca de Agurain . | FOTO: E.S.P.

Daniel Fernández de Larrinoa se decanta por Fortunata y Jacinta, de Benito Pérez Galdós. “En principio no me atraen los libros muy largos. Pero me leí este y me atrapó. Me gustó mucho el retrato del Madrid de finales del XIX, cómo vivía la gente, las relaciones, las clases sociales, el ambiente político... Me enganchó cómo entra a las descripciones de los personajes”, apunta el bibliotecario, que también habla de la versión que se hizo para televisión. “La música de Antón García Abril la tengo en la memoria”.

Por su parte, Enrique Uriarte apuesta por Chéljelon, de Marcelo Donadello, reciente ganador del Premio Ignacio Aldecoa tras la decisión de Jesús Carrasco, Marta Sanz, Mercedes Abad, Antonio Altarriba y César Sánchez. “El autor nos presenta una constelación de personajes y de situaciones enrevesadas” en la que “lo cotidiano se transforma en atípico y lo extraordinario en familiar”. Así lo define el responsable de la casa de cultura, que resalta el impulso que está teniendo el galardón convocado por la Diputación: “es sinónimo de libros con garantías de solidez literaria; honra, además, el nombre de Aldecoa y da una buena imagen de Álava”.

Las bibliotecarias de Amurrio Kontxesi Elejalde (izquierda) y Agurtzane Irabien. | FOTO: A.O.

Agurain

En la Biblioteca Municipal Lazarraga de Agurain lleva a cabo su trabajo Ane Unzalu, quien selecciona en su caso Lobo, de Víctor Beltrán. Se trata de una novela de superación en la que el autor narra las vivencias de 13 personas que se enfrentan a sus problemas cotidianos y a sus miedos para seguir adelante en la vida.

“Me lo recomendó una amiga y me gustó mucho; mezcla misterio, tensión y suspense con la vida real”. Recuerda Unzalu que “me lo leí enseguida, pese a tener más de 600 páginas, porque te engancha desde el principio”. Se da la casualidad de que tuvo la oportunidad de conocer y hablar con el propio autor del libro a quien felicitó por la obra. “Cuando hablé con él ya le dije que no entiendo cómo su libro no está entre uno de los más vendidos porque es buenísimo”.

Así lo explica desde la biblioteca ubicada en la calle Zapatari, que en 2022 sumó 114 nuevos socios, que tienen acceso a 26.126 ejemplares. El perfil del usuario varía mucho en función de la franja horaria, lo que hace que por sus instalaciones pase un amplio abanico de personas.

Txema García Crespo, de la Biblioteca de Zuia. | FOTO: P.J.P.

Amurrio

Dos son las elecciones que llegan desde la Biblioteca Municipal de Amurrio. Kontxesi Elejalde, encargada de la sala de adultos, se decanta por Hierba, de Keum Suk Gendry-Kim, una novela gráfica que parte de la historia real de Lee Ok-Sun, coreana que durante la Guerra del Pacífico fue explotada como mujer de consuelo, el eufemismo utilizado por el ejército imperial japonés para referirse a sus esclavas sexuales.

“No la recomiendo por la dureza de la historia, que lo es y mucho, ni por el formato que ya empleó, por ejemplo, Marjane Satrapi en Persépolis para hablar de la situación de las mujeres en Irán, sino por el enfoque con el que esta dibujante coreana ha decidido abordar esta obra tan desgarradora como poética, después de entrevistarse con la protagonista en la residencia de ancianos en la que vive: la energía positiva que desprende esta mujer mayor contando su vida y que, como la hierba, pese a todas las dificultades, sigue creciendo”.

Agurtzane Irabien, responsable de la sala infantil, propone Corre, Carmen, Carmencita, de N.M. Bodecker ilustrado por Erick Blegvad. “En él se muestra cómo era la vida de cualquiera de nuestras abuelas, todo el día ocupadas en las tareas del hogar y fuera de él, mientras el marido está repantigado en el sofá. Tiene un final muy sorprendente en torno al cambio en materia de igualdad que se está dando en la sociedad y queremos que suceda. Muy recomendable leer en familia”.

Así lo cuentan desde una biblioteca situada en el edificio La Casona, que también alberga la oficina de turismo y una sala de exposiciones. El espacio cuenta con un fondo bibliográfico de 41.477 libros (26.396 en sala de adultos y 15.081 en la infantil), y en estos momentos tienen 4.377 personas asociadas (255 nuevas inscritas a lo largo de 2022), lo que implica el 40% de la población del municipio. Su principal servicio es el de préstamo de libros, que va en aumento, ya que 2022 lo cerraron con 10.138, frente a los 8.478 de 2021.

Maite Fernández Melero, de Campezo. | FOTO: P.J.P.

Zuia

En Murgia, donde se encuentra la Biblioteca Municipal de Zuia, Txema García Crespo fija su mirada en Vuelta al país de Elkano, de Ander Izagirre. “Como en toda su escritura, combina con maestría el relato de viajes, la erudición divulgativa, el acercamiento a decenas de personajes históricos y vivos, míticos y cercanos, para contarnos cómo la historia del ser humano, ser nómada por naturaleza, es una historia global, donde el mestizaje y el intercambio son seña de identidad: al final, no hay nada propiamente vasco, ni los pimientos de Ezpeleta”.

“Los vascos, si por algo se caracterizan, concluye Izagirre, es por ser un pueblo aventurero, que mira al mar antes que al interior, que incorpora lo que considera que interesa a su sociedad, cultura, clima, orografía y, por supuesto, gastronomía”. Así lo explica desde una biblioteca que cuenta con un amplio abanico de servicios, desde club de lectura hasta servicio de copias e impresiones.

Alaitz Alonso y Natalia Pérez, del Centro Ihuda Ibaia (Treviño). | FOTO: P.J.P.

Campezo

“Mi recomendación va a ser de novela negra”, apunta Maite Fernández Melero desde la Biblioteca Municipal de Campezo. Se trata de El mentiroso, de Mikel Santiago. “Es de estos libros que cuando empiezas no puedes parar de leer, te sumerges totalmente con el protagonista con el sin fin de situaciones complicadas donde el escritor le coloca, para culminar con un final totalmente inesperado”. Por eso, ella tiene claro que el autor “no defrauda”.

Así lo apunta desde el espacio ubicado en Santa Cruz de Campezo, centro que cuenta con un amplio fondo de títulos y que, a lo largo del verano, abre una sucursal en la piscina municipal, donde se ofrece un servicio de préstamo de libros.

Adita Mateo, de la Biblioteca de Laguardia. | FOTO: P.J.P.

Condado de Treviño

En el caso de Natalia Pérez y Alaitz Alonso, la propuesta es conjunta: Dime quién soy, de Julia Navarro. “Es una espectacular novela histórica de la mano de una mujer valiente, que nos lleva por la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, enseñándonos las peores caras humanas. Para aprender del pasado y no repetir en el futuro”.

Esta propuesta llega desde el Centro de Internet Rural y Biblioteca Comunitaria Ihuda Ibaia. Con el proyecto municipal Herriz Herri se han creado, hasta el momento, siete bibliotecas comunitarias en pueblos del Condado de Treviño. Para ello se han colocado armarios reutilizados y restaurados en Burgueta, Argote, Dordóniz y Añastro, en el centro Ihuda Ibaia, en la entrada del centro social de Arrieta y en Uralde.

Laguardia

Adita Mateo hace un alto en su trabajo desde la Biblioteca Municipal de Laguardia. Sobre la mesa está su propuesta para este reportaje: El prodigio de las migas de pan, de Marga Durá. Trata de “mujeres que, sin plantar cara, solo trabajando y adaptándose a las dificultades del momento, logran ser más de lo que se esperaba de ellas cambiando una pequeña parte de la sociedad”.

Como explica la bibliotecaria, se trata de “uno de los libros más leídos en la biblioteca, tanto por hombres y mujeres como por los jóvenes”, un texto en el que se muestra que “la enseñanza y la lectura dan libertad”.

La Biblioteca de Laguardia cuenta con un importante fondo de libros propios. Se encuentra en la Casa Garcetas, que cumple también funciones de sala de exposiciones, oficina de turismo y espacio para charlas y actos culturales.

Las propuestas

  • ‘Fortunata y Jacinta’, de Benito Pérez Galdós; y ‘Chéljelon’ de Marcelo Donadello. Daniel Fernández de Larrinoa y Enrique Uriarte.
  • ‘Lobo’, de Víctor Beltrán. Ane Unzalu.
  • ‘Hierba’, de Keum Suk Gendry-Kim; y ‘Corre, Carmen, Carmencita’, de N.M. Bodecker ilustrado por Erick Blegvad. Kontxesi Elejalde y Agurtzane Irabien.
  • ‘Vuelta al país de Elkano’, de Ander Izagirre. Txema García Crespo.
  • ‘El mentiroso’, de Mikel Santiago. Maite Fernández Melero.
  • ‘Dime quién soy’, de Julia Navarro. Natalia Pérez y Alaitz Alonso.
  • ‘El prodigio de las migas de pan’, de Marga Durá. Adita Mateo.