Fue en 2016 cuando, de la mano del forense Paco Etxeberria y su equipo, se sacaron de una fosa de Gaztelu los huesos de un niño, de uno de los protagonistas involuntarios de un trágico episodio ocurrido durante la Guerra Civil: el asesinato de una mujer embarazada de siete meses y de sus otros seis hijos. Es la conocida como Causa 167, un legajo enterrado en los archivos judiciales de Pamplona y el punto de partida de la nueva novela del escritor vitoriano Álvaro Arbina.

Será el próximo 1 de febrero cuando Los años del silencio se encuentre con los lectores, aunque el autor ya desvela los primeros secretos de su reencuentro con el público. El libro, según sus propias palabras, “reconstruye una historia real, el caso de una desaparición estremecedora que tardó ochenta años en resolverse. El lector se sumergirá en un drama rural en el corazón del País Vasco. Descubrirá a una mujer singular que luchó por ser ella misma, en una comunidad donde ser diferente podía resultar un problema”.

La novela, publicada por HarperCollins Ibérica, “ahonda en las envidias, en las tentaciones, en las ofensas, en las supersticiones y leyendas vascas que habitan en una aislada comunidad. También habla sobre el amor infinito de una madre hacia sus hijos. Es una historia triste y también llena de belleza”, comenta el propio Álvaro Arbina.

El hecho real

La nueva propuesta del autor de La mujer del reloj, La sinfonía del tiempo y Los solitarios nace la colaboración de Arbina con un programa radiofónico. “Mi tarea consistía en contar sucesos reales, interesantes y relativamente desconocidos. A lo largo de tres años, hablé sobre más de cien historias. Pero con ninguna sentí tanta necesidad de escribir como con esta. Enseguida me percaté de que con 15 minutos en antena no bastaba”, recuerda ahora el autor gasteiztarra.

“Además reunía en una historia dos de los géneros narrativos que ya había trabajado: el suceso de un crimen y el costumbrismo histórico o el relato de cómo era la vida en tiempos pasados”, así que se puso manos a la obra contando además con el trabajo de historiadores como Juan Mari Esparza y Fernando Mikelarena. “La ayuda del ex rector de la UPV y miembro de la Euskaltzaindia, Pello Salaburu, ha sido vital para la recreación de la vida en este remoto valle navarro. La novela sigue la cronología de los hechos que recoge el sumario, que es la principal fuente de información. Pero también es un documento sometido a los amaños del sistema judicial del franquismo. Hay muchas lagunas en esta historia que he tenido que rellenar con los elementos de la ficción y la literatura”.

Los personajes

A partir de ahí, se construye un libro cuyo persona principal es Juana Josefa Goñi Sagardía, “una mujer embarazada que cuida de sus seis hijos menores de edad, mientras su marido pasa largas temporadas en el monte trabajando el carbón. Josefa es una mujer diferente contra viento y marea. Una elegancia sensible y poderosa, en mitad del mundo rural”.

“A su alrededor crecen los personajes de un pueblo aislado por bosques y montañas, donde transcurre el tiempo sin que en apariencia pase nada. Pero en realidad todos están asustados” ante lo que acontece.

Así, “tenemos a Mercedes, la vecina que mira con envidia a través de la ventana. Una mujer que vive entre sombras, cuidando de un padre senil que la maltrató de pequeña. Tenemos a Melchor, un hombre de familia que siente extrañas tentaciones por Josefa. Agustín, un labrador ignorante que busca librarse de sus fantasmas aprendiendo en secreto a leer”. Sin olvidar que “tenemos a un guardia civil. A un maestro y a un párroco, que representan a la escuela y a la iglesia, esos dos refugios del alma que hay en el pueblo y que luchan entre sí”.

Esa “bestia primaria”

El 1 de febrero será el momento de los lectores, a los que se les presenta una novela que “habla sobre esa bestia primaria que todos llevamos dentro y que mantenemos a raya gracias al civismo y la cultura. Habla de una comunidad y su rebaño, y de la frustración que sienten todos al ver cómo una oveja se sale del camino. Frustración y envidia por no saber salirse ellos también”.

En este sentido, también “habla de la verdad, ese constructor del ser humano, ese ideal tantas veces maltratado y desfigurado. La verdad nunca es tan sencilla, si el tiempo no se la lleva, por algo será”, describe el escritor gasteiztarra.

Arbina, de hecho, recuerda como “en los últimos años están saliendo a la luz historias como esta que han estado mucho tiempo silenciadas. Se hallan restos de familiares desaparecidos, se exhuman fosas con víctimas de la guerra. Hay un gran esfuerzo por parte de algunas asociaciones para reconstruir el relato histórico y recomponer la memoria de nuestro país. Y así están despertando historias que han permanecido enterradas mucho tiempo. Historias que forman parte de nuestro pasado y a las que hay que darles voz”.

Siguiendo esta reflexión, plantea que “ojalá la de esta familia no fuera una historia asociada a las personas, ojalá no existiera, ojalá no fuera real. Pero sí lo es. Las personas sí que pueden protagonizar cosas así. Las personas pueden sufrir y provocar cosas así”.

A partir del 1 de febrero, eso sí, será el momento de quienes se asomen a estas páginas. “Nunca empiezo una novela sabiendo todo sobre lo que voy a escribir. No escribo sobre lo que sé. Escribo para saber. Para aprender. Me gustaría que los lectores se evadieran con esta novela y que se sumaran a este proceso de aprendizaje en el que me he embarcado”. Así lo explica el autor, quien en paralelo a la publicación de la obra está trabajando en otro proyecto creativo, en su debut dentro del sector audiovisual a través de una miniserie.