El cine español ha sumado un nuevo hito en el último año: cuatro cortos de producción estatal han sido preseleccionados para los próximos Oscar. Son historias locales y usan la comedia para hablar de temas serios como la educación sexual, el medio ambiente, la obsesión por la estética o la salud mental.

Ese logrado equilibrio entre reflexión y entretenimiento puede ser uno de los factores que expliquen su buena acogida por parte de los académicos de Hollywood, a juicio de los cuatro directores reunidos ayer en un encuentro en la sede madrileña de la Academia de Cine.

El cortometraje alavés Tula de Beatriz de Silva, Votamos de Santiago Requejo, Plastic killer de José Pozo y El tratamiento de Álvaro Carmona son cuatro de los quince filmes que pelearán por una de las cinco nominaciones al Oscar al mejor corto de ficción que se anunciarán el 24 de enero. El ganador se desvelará en la gala del 12 de marzo en Los Ángeles.

De Silva, que en Tula reúne en un baño de instituto a una limpiadora y una alumna para hablar de educación sexual, ve lógico que destaquen más cortos a medida que se invierte más y que hay más cantidad de producciones, como está ocurriendo en los últimos años y subraya la importancia de los referentes. – DNA