La cuadragésimo séptima edición del Festival Internacional de Teatro de Vitoria ya está en marcha y esta misma semana acoge su primer estreno. La compañía alavesa Pez Limbo, el miércoles en euskera y el jueves en castellano, pone de largo Itsas behera/Marea baja. En ambos casos la cita será en el Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde), quedando todavía entradas disponibles. 

Frente a los espectadores estarán “dos personas que están fuera de la sociedad”, como explica Espe López, componente de esta creación colectiva que, a modo de comedia, presenta una obra de “existencialismo de andar por casa en tanga, chancletas y plumífero”, según la compañía gasteiztarra. Unai López de Armentia y Javier Barandiaran Meleto son los encargados de dar vida a estos dos seres que, por momentos, parece que son solo uno, más allá de sus diferencias. 

“Están a lo suyo y están bien”. Es lo que quieren, lo que buscan, al margen de lo que está establecido. Ellos “quieren esquivar el modo de vida convencional”, para saber si es posible encontrar un futuro en el que poder desarrollarse. “Sí, tienen momentos de desasosiego, inquietud y caos”, elementos también de esta comedia protagonizada por “dos actores simulando ser gente con preocupaciones”.

El montaje, que le sirve al Festival Internacional de Teatro para abrir su programación en los centros cívicos, nace, de hecho, del propio certamen, de una propuesta realizada por Pez Limbo en la sección Off Lokal. La pieza gustó, fue bien recibida por parte del público, y supuso la chispa para ver si era posible “estirar el chicle”. Después de dos años, marcados en las formas y en los fondos por la pandemia, el resultado final llega ahora a su estreno, al que seguirá una primera parte de la gira que ya tiene once fechas confirmadas por distintos puntos del País Vasco, como explica Edu Hernando, cofundador de la compañía.

De hecho, el covid deja también su huella en la propuesta. “Son dos personajes que están en todo momento pendientes, en la incertidumbre, que es como estuvimos todos” a partir de marzo de 2020. Así que no se habla de la pandemia como tal, pero sí hay una cierta traslación de sentimientos y emociones. Así, al público se le invita a reír, claro, pero también a compartir preguntas a partir de las cuales cada uno buscará sus respuestas, igual que hacen los dos protagonistas, estos dos “hombres reprimiendo su instinto suicida por educación”.