La pequeña Miada no está teniendo un buen día. Su madre se da cuenta rápido. Así que ha llegado el momento de hacer una pócima entre las dos. El resto queda en manos de quienes se asomen a Éramos una vez… mi mamá y yo, cuento infantil con el que la escritora e ingeniera vitoriana Saioa López Rico debuta en el mundo literario. Es el primer título, aunque unas cuantas historias más esperan para poder hacerse una realidad palpable entre los lectores. Todo llegará. Lo más inmediato pasa por la publicación hace un par de semanas de una obra que este sábado vive otro instante importante dentro de su particular camino. La Casa de Cultura Ignacio Aldecoa acoge a las 11.30 horas la presentación oficial del libro, un acto que estará conducido por la propia creadora y por la ilustradora Eva Rami. “Queremos que sea algo dinámico, distendido y atractivo para los niños” y quienes les acompañen.

A través de la página www.saioalopezrico.com se pueden adquirir los ejemplares de esta historia que habla de la comunicación activa y positiva, de la necesidad de entenderse, “de saber ponerse en los zapatos del otro”, de comprenderse más allá de las diferencias de edad entre progenitores e hijos, de las distintas vivencias, intereses y preocupaciones diarias. Así les pasa a Piruska, madre y bruja a tiempo completo, y a Miada, la joven protagonista de esta propuesta, cuyo nombre, por cierto, nace del de las dos hijas de López Rico ya que ellas han sido las inspiradoras de toda esta aventura literaria. Junto a ambas se encuentra otro personaje importante, el búho Agustín.

La joven bruja no está pasando su mejor jornada y su madre le propone volver al comienzo del día gracias a la magia. Eso sí, la idea es regresar a lo acontecido mirándolo todo desde otra perspectiva. “Es importante valorar la comunicación en ambos sentidos, que las dos partes se entiendan”, ya que “mediante el refuerzo conseguimos que los niños crezcan más seguros de sí mismos”, explica la escritora, que se está encargando de todo el proceso de producción del libro, incluyendo el “empaquetado especial” de cada ejemplar y su envío.

“La verdad es que estoy viviendo todo esto con mucha ilusión. Hay que creer en uno mismo y apostar”. Por ahora, ya hay 150 ejemplares que están recorriendo su senda lejos de su creadora. “Estoy recibiendo muchísimos mensajes de gente que me transmite que está conectando con lo que quería contar; estoy notando que se está interiorizando” la propuesta del cuento, “y eso está siendo muy emocionante”. Hasta llegar aquí, eso sí, ha habido que dar unos cuantos pasos. Más allá de que desde pequeña la autora siempre haya escrito, fue hace cinco años, cuando fue madre por primera vez, cuando, sin ser consciente del todo, Éramos una vez… mi mamá y yo empezó a germinar.

“A mis hijas, antes de ir a la cama, les apasiona leer un cuento por la noche. Y prestan mucha atención”. Con la mayor, que está cerca de cumplir cinco años, empezó hace unos meses a conversar sobre cuestiones a las que la escritora intentó responder de la forma que consideró correcta. “Pero creí que la estaba aburriendo, que podía ser poco o nada interesante” así que pensó en inventarse cuentos para poder atravesar esas barreras. La fórmula funcionó, así que un buen día le comentó a su pareja que igual no sería una idea tan descabellada hacer un libro infantil. El resultado ya se puede tener entre las manos.

Dentro del proyecto hubo muchos pasos que dar para informarse y contar con seguridades dentro del proceso. Ahí fue importante encontrarse con Eva Rami, ilustradora especializada en literatura infantil. “Fuimos trabajando y dando forma a todo. Para mí, es un cuento que tiene bastante texto y me interesaba que las ilustraciones tuvieran muchos detalles para que no se hiciera pesado y para que en cada lectura se pudieran descubrir cosas nuevas”. Así se fue construyendo un Éramos una vez… mi mamá y yo que este sábado vive otro momento importante.