Así llamábamos a Iñaki Añúa. Como buen gestor, siempre iba dos pasos por delante de los demás; aunque parecía que te consultaba una idea, él casi siempre sabía tu respuesta con antelación y tenía preparado el siguiente paso… Para entonces, ya tenía trabajados sus contactos internacionales, analizadas las fechas, los cachés, los gastos de producción… solo quedaba el sí de la Junta Directiva, y ¡adelante con ello!

Inaki Anua, sin ñ, era como le apelaban las grandes estrellas del mundo del jazz. Siempre me asombró su capacidad de hacerse entender con ellos y ellas, la amistad personal que consiguió mantener en la distancia… con su inglés macarrónico, su francés aceptable o simplemente valiéndose de su brillante sonrisa, un guiño o un abrazo.

Quién sabe cuál fue su secreto para conseguir que lo más granado del jazz internacional, reservara su única sesión de todo el Estado para el Festival de Vitoria-Gasteiz en sus giras por Europa. Veo innecesario citar sus nombres, cada aficionado/a sabe que gracias a Añúa, Gasteiz ha sido anfitriona de artistas que simultáneamente configuraron carteles en Newport, Montreaux, Vancouver, Viena o Perugia…. Todo gracias a que Añúa fue de los impulsores de la creación de la IJFO (International Jazz Festivals Organization).

Cuarenta años gestionando el festi son muchos, o pocos, según se mire… pero está claro que Vitoria-Gasteiz ya forma parte de la historia del jazz reciente; Iñaki supo darle el impulso a un festival incipiente que se desarrollaba en el polideportivo de Landazuri, llevándolo hasta el de Mendizorrotza (por cierto, él fue de los pocos que lo escribía correctamente con tz), al Teatro Principal Antzokia, a las campas de Armentia o al Conservatorio, entre otros escenarios.

Además, supo promover el jazz entre los jóvenes, a través de programas educativos; involucrarlo con la música local con sus fusiones con músicos de nuestra tierra aunque tuvieran una raíz más folk; lo vinculó también con el mundo del arte a través de sus carteles firmados por varios referentes de la plástica, o promoviendo la elaboración de la magnífica escultura de Wynton en La Florida, por no hablar de los innumerables discos grabados en directo en nuestros escenarios.

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Iñaki Añúa, una vida en imágenes J.C./A.L./Archivo DNA/Efe

No olvidemos tampoco su impronta en el mundo de la música clásica, de la que programó su serie de Grandes Conciertos invitando a las mejores sinfónicas del mundo, o sus largos años programando el Festival de Música Antigua, que ya tiene solera; además de haber conseguido traer a Gasteiz al mismísimo Bob Dylan, para la inauguración de alguna de las fases de remodelación del Buesa Arena.

Todo eso no lo pudo hacer solo; siempre estuvo bien acompañado de su secretaria de toda la vida, Blanca Sanz, de su mujer Elena y su hija Jasone, sus hermanos Xabier y Mikel y de toda su cuadrilla de amigos, entre los que algunos ya no están con nosotros, a los que nos involucró directamente en este esfuerzo titánico.

Nuestras instituciones públicas ya le distinguieron con la Medalla de Oro de la ciudad, o varios premios por su implicación en el turismo o el comercio. Quizás fuera ahora el momento idóneo para distinguirle, además, con el nombre de una calle o un paseo, el propio polideportivo de Mendi o, quién sabe, el de un auditorio de la música que algún día pudiéramos llegar a conocer.

Goian bego, Kapo, ikusi arte!

Joseba M. Garitano Iriondo es antiguo voluntario del Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz