Ha llegado el día. Mientras sigue dando pasos para hacer realidad su largometraje 20.000 especies de abejas, la realizadora laudioarra Estibaliz Urresola estrena hoy su nuevo cortometraje, Cuerdas, en la 61 Semana de la Crítica del Festival de Cannes. La obra competirá por varios premios Leitz Ciné Discovery, Canal + otorgados por un jurado internacional.
El rodaje de Cuerdas en las localidades de Muskiz (Bizkaia) y Llodio. El reparto está integrado por Begoña Suárez Ereño, Miguel Garcés, Xanti Agirrezabala, Jone Laspiur, Oier Zuñiga, Ainhoa Jauregi Ruizei, intérpretes que cuentan con la colaboración especial del grupo de teatro Juego de Damas y de la Coral de Mujeres de San Fuentes. La directora recuerda que “hace dos años, en unas jornadas de ecofeminismo, asistí a numerosos relatos de luchas medioambientales impulsados por colectivos de mujeres de todos los puntos del planeta. Entre ellos escuché con atención la ponencia de una médica de Muskiz que, durante décadas, había comprobado los efectos devastadores de la contaminación en la salud, no solo de las personas sino también del tejido social de su pueblo. Su relato contenía todo lo necesario para contar esta apasionante historia que me invitaba a reflexionar sobre la importancia de la cooperación, la sororidad, la salud y el cuidado de la vida”.
Así fue como creó un personaje de ficción llamado Rita “que me ha permitido vehiculizar numerosos testimonios, detalles y casos reales de las entrevistas realizadas desde entonces. Y para encarnar a Rita, he tenido la enorme suerte de contar con la participación de Begoña Suárez, que, con 91 años, realiza su primera intervención frente a las cámaras así como de un numeroso grupo de mujeres con las que ensayamos durante más de dos meses”. Cuerdas es “un relato que combina una base documental a través de personajes y localizaciones reales, con un dispositivo narrativo y fílmico de ficción”. La creadora sitúa al espectador ante dos historias que tienen a su personaje como centro. Por un lado, la del coro al que pertenece, que puede desaparecer después de perder la ayuda municipal que tenía, aunque puede seguir adelante si acepta el patrocinio de una refinería instalada en su pueblo. Por otro, ella y su hijo están inmersos en un proceso judicial para conseguir una baja laboral a causa de la enfermedad contraída por él tras años de trabajo en esa empresa.