- La comedia de Fernando León de Aranoa El buen patrón y la serie Hierro de Pepe Coira se alzaron como mejor largometraje y mejor serie de ficción respectivamente en la 27 edición de los Premios Forqué, que se entregaron el sábado por la noche en una gala en el Palacio Municipal Ifema Madrid.

Javier Bardem se llevó el premio al mejor actor de cine por su papel de empresario caciquil en el filme de León de Aranoa, aunque ninguno de los dos pudo asistir a recogerlo. La película representa a España en la carrera de los Oscar y también es la favorita para los próximos Goya.

El premio a la mejor actriz de cine se lo llevó una emocionada Blanca Portillo por su trabajo como viuda de Juan María Jáuregui, asesinado por ETA en el año 2000, en la película Maixabel de Icíar Bollaín, que logró además el premio Forqué al Cine y Educación en Valores.

Desde el año pasado, los Forqué, que concede la entidad de gestión de derechos audiovisuales EGEDA, incluyen series y no solo cine en su palmarés.

Candela Peña recogió el premio a mejor actriz por su carismática jueza Montes de la serie Hierro y Javier Cámara triunfó en la categoría de mejor interpretación masculina de serie por la cómica Venga Juan, su segundo Forqué consecutivo ya que el año pasado ganó con el filme Sentimental.

La primera gran fiesta de la industria audiovisual de la temporada, presentada por Marta Hazas y Elena S. Sánchez, tuvo los años 80 como hilo conductor y contó con actuaciones musicales de la época, desde Alaska y Javier Gurruchaga a Burning, Danza Invisible, La Frontera, La Guardia, Los Secretos, Mikel Erentxun o Modestia Aparte.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando Miguel Ángel Muñoz recibió el Forqué al mejor documental por 100 días con la Tata, una película sobre su relación con Luisa Cantero (97 años), la mujer que lo cuidó desde pequeño, y que reivindica “lo difícil que es envejecer con alegría”.

La mejor película latinoamericana del año para la asociación de productores que preside Enrique Cerezo fue Noche de fuego de la mexicana de origen salvadoreño Tatiana Huezo, una historia sobre la infancia y la maternidad ante la violencia en el México rural que también triunfó en el pasado Festival de cine de San Sebastián. Y el premio al mejor cortometraje fue para El monstruo invisible, otro documental rodado por Javier y Guillermo Fesser en un vertedero en Filipinas para la ONG Acción contra el Hambre.