La lente del fotógrafo, realizador de vídeos y cineasta Anton Corbijn (Holanda. 1955) ha dejado imágenes para la historia de músicos y cineastas, de U2 a Lou Reed, Springsteen o Tarantino. Pero su asociación natural la forjó con Depeche Mode, grupo con el que ha trabajado en las cuatro últimas décadas. Fruto de esa relación es DM AC 81 18 (Taschen), un libro enciclopédico que narra la vida de la banda desde su juventud a su estatus actual de icono rock a través de expresionistas imágenes de su vida artística y personal, casi siempre en blanco y negro. “Reflejan el crecimiento del grupo”, explica Corbijn.
U2, Nick Cave, Björk, Roy Orbison, Springsteen, Lou Reed, Stones, R.E.M., Tarantino, Clint Eastwood, Dennis Hooper o Cameron Díaz conocieron de primera mano el ingenio tras una cámara de Corbijn. A pesar de ello, son meros amantes ocasionales del holandés, que pasó de las fotografías de rock a dirigir vídeos musicales y acabó saltando al cine con magníficas películas como Control o El americano, sobre la vida del grupo Joy Division y un thriller con George Clooney, respectivamente. Su pareja artística de hecho ha sido siempre Depeche Mode, con quienes mantiene una relación laboral de 39 años.
DM AC 81 18 (Depeche Mode por Anton Corbijn) es un libro que resume esa vida compartida a través de medio millar de fotografías, la mayoría en gran formato y en ese impactante, expresionista y melancólico blanco y negro marca de la casa. Las ediciones de lujo del volumen, con una tirada mínima y autografiada para coleccionistas están ya agotadas, a pesar de que se vendían a 1.500 y 3.000 euros. Queda a la venta una más sencilla, al precio de 100, con tapa dura, casi cuatro kilos de peso y 512 páginas.
“Es un trabajo que me llevado 39 años, por lo que es una gran alegría editarlo. Es la memoria de una gran relación. Lo veo grandioso, un libro maravilloso”, asegura Corbijn sobre el volumen. “Reflejan el crecimiento del grupo desde 1981”, asegura el fotógrafo, que les inmortalizó en vivo en sus primeros pasos, cuando Vince Clark todavía formaba parte de la banda antes de abandonarla y formar Yazzoo. “Entonces eran demasiado pop para mí, no les presté demasiada atención”, recuerda. Esas imágenes adolescentes se recuperan ahora. “Fue como encontrar un pequeño tesoro. Allí empezó la historia y yo estaba allí. Fue pura coincidencia”, indica. Corbijn destaca “la diversión” existente en todas las sesiones compartidas, pero también “la seriedad” del trabajo. “Siempre he estado interesado en la gente que se toma en serio las cosas”, apostilla.
El libro incluye 500 imágenes, muchas de ellas inéditas, que recorren la historia de una banda de pop electrónico de los 80 que se ha convertido en uno de los grupos de culto de la historia a través de su posterior apertura a las guitarras y a una oscuridad morbosa y atrayente que no ha impedido su mantenimiento en las listas de éxito. Las imágenes se tomaron en varios continentes en el trabajo realizado en videoclips y para la promoción de sus discos. “Anton consiguió dar una identidad visual al sonido que estábamos empezando a crear”, indica Dave Gahan, vocalista de Depeche Mode.
El libro, que incorpora una entrevista con Corbijn y textos sueltos sobre las imágenes, muestra a DM desde que eran un cuarteto, remando en una barca, en Essex, a las más recientes de sus últimos discos, ya como trío maduro. Vestidos de cuero negro, en sus viajes en avión, en los desiertos de Almería y el mítico estadounidense de Mojave, en directo con el público rendido, en camerinos, en calles de Nueva York y San Francisco, en el Delta del Mississippi... A Gahan con su bebé Jack en brazos, en el anfiteatro de Pasadena antes de comenzar un concierto, o a Martin Gore (teclista y guitarrista) con un vestido de novia o a lo Ziggy Stardust. O en la cama o con una pistola en la entrepierna, respectivamente. Imágenes icónicas entre lo punk, lo gótico y el glam.
“Éramos grandes admiradores del arte de Anton antes de trabajar con él, y después de los increíbles resultados que vimos en las primeras sesiones de fotos y vídeos no tuvimos ningún motivo para dudar de sus ideas. Le dimos carta blanca y nunca nos cuestionamos los roles que interpretábamos”, explica Gore. Lo resume el hombre tranquilo del grupo, su teclista Andrew Fletcher, cuya apariencia física, al contrario que la de sus compañeros, está más cercana al profesor universitario que a la estrella de rock. “Al final nos llevamos a Anton con nosotros en 1986 y eso condujo al vídeo de A question of time, que filmamos en Los Ángeles. El resto es historia”, resume.