- Haber sido la primera mujer en ganar un Oscar por una interpretación realizada en francés habla mucho y muy bien del talento de Marion Cotillard. Un vistazo a su filmografía, repartida entre Francia y Estados Unidos junto a nombres de la talla de Woody Allen, los hermanos Dardenne, Leos Carax, Tim Burton y Christopher Nolan, lo termina de enmarcar. El Zinemaldia no ha querido dejar escapar la oportunidad de homenajear tal derroche talentoso y el próximo 17 de septiembre le hará entrega del segundo Premio Donostia 2021 durante la gala inaugural de la 69ª edición del festival.
La figura de Marion Cotillard seguramente haya quedado ligada en más de una retina a la de Édith Piaf. La parisina se metamorfoseó en la célebre cantante para llevarse todos los premios disponibles en 2008, incluido el de Mejor Actriz en los Oscar, con el filme La vida en rosa. Este trabajo terminó por abrirle las puertas por completo a un Hollywood al que no le ha hecho ascos, pero en el que no se ha querido afincar.
Aunque la trayectoria de los últimos años de la parisina ha dado saltos de uno al otro lado del charco, lo cierto es que necesitó casi una década de trabajo en su país antes de que Tim Burton la llamase para la espléndida Big Fish (2003). Atrás quedó una carrera que empezó a cultivarse desde bien pequeña, cuando su padre, Jean-Claude Cotillard, la hizo subir a los escenarios de una de sus obras siendo una niña. A ello le seguirían participaciones en series de televisión francesas y finalmente el cine, haciendo su debut en 1994 en L’histoire du garçon qui voulait qu’on l’embrasse.
Entre finales de los 90 y primeros de los 2000, llegarían la trilogía de acción Taxi (que le dio a conocer entre el público galo) y la comedia romántica Quiéreme si quieres (en la que conoció a su futuro marido, el actor y director Guillaume Canet). Con la mencionada participación en Big Fish, la intérprete se convirtió en un reclamo para casi cualquier cineasta, fuese este francés -Jean-Pierre Jeunet, Largo domingo de noviazgo (2004); Lucile Hadzihalovic, Innocence (2004), que ganó en New Directors; o Olivier Dahan, en la comentada La vida en rosa- o estadounidense -Abel Ferrara, Mary (2005); Ridley Scott, Un buen año (2006), junto a Russell Crowe; o Michael Mann, Enemigos públicos (2009), en la que compartió pantalla con el otro Premio Donostia de este año, Johnny Depp-.
En la última década, Cotillard no ha dejado de trabajar y lo ha seguido haciendo con los directores más cotizados. Cristopher Nolan la introdujo en su particular universo a través de Origen (2010), antes de convertirla en la mismísima villana de Batman en El caballero oscuro: La leyenda renace (2012); mientras que Steven Soderbergh la reclutó para el filme que se adelantó al coronavirus, Contagio (2011). Fue también la musa de Owen Wilson en Midnight in Paris (2011), el homenaje que firmó Woody Allen a la ciudad de la luz, participó en la fallida adaptación del videojuego Assassin’s Creed (2016) junto a Michael Fassbender y el mítico Robert Zemeckis la envió a la II Guerra Mundial de la mano de Brad Pitt en Aliados (2016).
Todo ello además siendo fiel a un cine de autor del que nunca se ha bajado trabajando con Jacques Audiard -De óxido y hueso (2012)-, los hermanos Dardenne -Dos días, una noche (2014)-, Xavier Dolan -Solo el fin del mundo (2016)- o su marido, Guillaume Canet -Pequeñas mentiras sin importancia (2010)- y cuya última muestra se encuentra actualmente en cartelera: el provocador musical Annette (2021), de Leos Carax.
Más allá del cine, Cotillard ha sido el rostro de las principales marcas de su país como Dior y Channel y ha llegado a protagonizar uno de los últimos videoclips del siempre añorado David Bowie. Pero, sobre todo, ha sido una fiel defensora de la preservación del medio ambiente.
Es precisamente esa faceta suya la que le traerá a Donostia, donde presentará un día después de recibir el galardón honorífico el documental Bigger than us, coproducida por ella misma con el objetivo de dar voz a la juventud comprometida con el cambio climático.
El homenaje del Zinemaldia a su talento será un día antes, el 17 de septiembre, en una intensa gala de inauguración que también contará con el cortometraje de Carlos Saura, Rosa Rosae. La Guerra Civil, y la proyección del último trabajo del chino Zhang Yimou, Un segundo. Casi nada.