Los libreros húngaros deben ocultar con un embalaje cerrado las obras para menores con temática LGTB+, según la normativa homófoba aprobada, que incluso prohíbe vender cualquier ejemplar con pasajes sobre homosexualidad o cambio de sexo a 200 metros de una escuela o una iglesia.

Estas limitaciones se especifican en un reciente decreto que incluye una guía sobre la aplicación de la ley anti-LGTB+, aprobada en junio, y que ha causado una enorme incertidumbre por la ambigüedad de su redacción.

Siguiendo al pie de la letra la normativa, la venta de una obra maestra como el 'Orlando' de Virginia Woolf, una novela que relata a lo largo de tres siglos la vida de un noble inglés que se transforma en mujer, quedaría prohibida cerca de una escuela o una iglesia.

SAFO Y OVIDIO, VETADOS

Otros clásicos, desde poemas de 'Safo' a la 'Metamorfosis de Ovidio', pasando por versos de los franceses Paul Verlaine, Arthur Rimbaud, hasta novelas del alemán Thomas Mann o dramas y sonetos del inglés William Shakespeare, entre muchísimos otros, también se verían vetados o censurados.

El gobierno ultranacionalista húngaro insiste en que la normativa, que forma parte de una ley más amplia que aumenta las penas por pedofilia y crea una base de datos de delincuentes sexuales, es necesaria para proteger a los niños.

Pero los críticos, entre ellos no solo la oposición y grupos de derechos humanos, sino también la Comisión Europea y la mayoría de los Gobiernos de la Unión Europea (UE), ven en la normativa una forma de discriminar y estigmatizar a la comunidad LGTB+.

Desde primeros de septiembre se prohíbe exhibir y colocar en escaparates productos dirigidos a menores que presenten la sexualidad de una manera "arbitraria", así como el cambio de sexo o la homosexualidad.

Además, los libros con ese contenido deben ser exhibidos dentro de las librerías por separado y en un embalaje que los distinga, aunque el Gobierno tampoco especifica si el envoltorio puede ser transparente o no.

En julio se impusieron el equivalente a unos 800 euros de multa a una filial de la mayor cadena de librerías del país, Lira Konyv, por no etiquetar claramente un libro para niños que representa a familias con padres del mismo sexo.

La argumentación era que se habían vulnerado las reglas de protección del consumidor al no indicar que el libro contenía "material que se desvía de la norma".

AMBIGÜEDADES Y ARBITRARIEDADES

"No queda claro qué significa prohibir la presentación arbitraria de la sexualidad y del cambio de sexo, ya que en base a estos criterios obras maestras de la literatura húngara y universal pueden ser prohibidas", ha afirmado recientemente la Federación de Editoriales y Librerías (MKKE) en un comunicado.

Tamás Dombos, miembro de la directiva de la Sociedad Háttér, que defiende los derechos LGTB+, explicó a Efe que "el decreto no fue pensado", y señala que el texto habla de publicaciones dirigidas a menores, pero no especifica qué pasaría con los libros destinados a mayores ni dónde está la diferencia.

"No aclara los dilemas básicos que ya estaban presente en la ley, como qué significa propagar o presentar estos temas", prosigue el activista tachando el decreto de "ridículo", y difícil de poner en la práctica.

Dombos subraya que justo ese carácter ambiguo de la ley es lo que la hace peligrosa, ya que "podría haber una interpretación muy restrictiva, que hasta podría llegar a prohibir" ciertas publicaciones y libros.

PROTESTAS Y DESOBEDIENCIA

Ya al aprobarse la ley en junio se produjeron protestas. En julio la Comisión Europea abrió un procedimiento contra Hungría por discriminar al colectivo LGTB+, mientras que en Hungría varias organizaciones adelantaron que la desobedecerán.

La revista Elle publicó en el número de este mes tres portadas diferentes, con una pareja cada una, una gay, una lesbiana y una heterosexual, bajo el lema de "One Love" (Un amor).

La editora en jefe de Elle, Katalin Gál, explicó al diario digital 168ora que las portadas no son escandalosas sino la ley, y que ni por un momento pensaron en no publicarlas.

El objetivo de la ley, según cree Gál, es "forzar la autocensura".

Una petición contra "la ley homófoba creada según el modelo ruso" ha recogido más de 130.000 firmas, mientras que empresas mediáticas como el grupo alemán RTL o el estadounidense HBO han protestado contra la legislación.

PESE A TODO, A FAVOR DE LA IGUALDAD

A pesar de las políticas del primer ministro, el ultranacionalista Viktor Orbán, que, según Dobos, seguirán hasta las elecciones de la primavera de 2022, varias encuestas publicadas en los últimos dos meses apuntan a que la mayoría de los húngaros están a favor de la plena igualdad en derechos de las personas LGTB+.

Según datos de una encuesta reciente, el matrimonio de personas del mismo sexo es respaldado por el 59 % de los húngaros, frente al 33 % de 2019.

Y una abrumadora mayoría del 83 % no cree en la afirmación de que alguien puede convertirse en homosexual tras oír hablar sobre orientación sexual en la escuela.