Que la cultura es segura no es solo una frase hecha para estos tiempos de pandemia. El movimiento se demuestra andando y para ello existen los protocolos de seguridad e higiene, que buscan proteger tanto a los trabajadores del sector como a los espectadores. De ahí, de esa aplicación tan estricta y eficaz, que los datos de contagios en espacios culturales sean anecdóticos. Esto supone, eso sí, que en ocasiones hay que tomar decisiones drásticas de última hora que trastocan todos los planes. Así le sucedió a mediados del pasado mes de mayo a la décima edición del ciclo de música de cámara del Jesús Guridi. Tuvo que aplazar in extremis el recital de Alberto Itoiz (flauta) y Marion Desjacques (arpa). Por fortuna, este domingo 13 a las 12.00 horas, se le va a poner remedio a esa situación.

La pandemia, cómo no, estuvo detrás de esta circunstancia. Como el resto de la Banda Municipal de Música de Vitoria, Itoiz tuvo que confinarse tras detectarse dos positivos en la formación, una decisión que se tomó el viernes 14 de mayo a última hora de la tarde, estando el concierto del ciclo previsto para el domingo 16. Por fortuna, todo se solucionó sin mayor incidencia y pronto se reprogramó el recital para este domingo también al mediodía. Para quienes no tuvieran su entrada pero sí puedan ir ahora, los pases están disponibles en la web www.eventbrite.es, más allá de que los estudiantes menores de 30 años y las personas en situación de desempleo pueden acceder de manera gratuita.

Dejando a un lado el coronavirus y sus consecuencias, la décima edición del ciclo, que el conservatorio desarrolla con la colaboración del Ayuntamiento de Vitoria a través de la Red de Teatros, se centra esta vez en la conversación que van a mantener flauta y arpa, un diálogo "especial y poco frecuente", como recuerdan desde el centro. Un programa, por cierto, que Itoiz y Desjacques tienen previsto llevar este verano por diferentes escenarios dentro y fuera del País Vasco.

"A la hora de diseñar programas no me gusta elegir solo títulos que vengan bien en el momento", apunta el flautista, que para esta ocasión ha seleccionado seis piezas que tienen como hilo conductor la música francesa de la segunda mitad del siglo XIX, más allá de que el recital arranque con el único compositor que no es francés. Pero dejando a un lado ese detalle, la propuesta se articula, de manera esencial, en torno a Preludio a la siesta de un fauno de Claude Debussy. "Es una obra importante para la flauta. En el XIX era un instrumento que tenía muy poca importancia para los compositores hasta que Debussy llevó a orquesta esta obra que había hecho para piano. Marcó un antes y un después a la hora de orquestar".

Junto a este título, el público presente en el aula manga del conservatorio también podrá compartir con los músicos Suite op. 6 de Bernhard Hilse, La flauta de Pan, op. 15 de Jules Mouquet, Fantasía op. 79 de Gabriel Faure y Fantasía sobre temas de la ópera Carmen de Francois Borne. Será así casi un mes después de lo previsto, pero, por lo menos, la actuación se podrá llevar a cabo, recuperando los ensayos que ya se llevaron a cabo entre abril y principios de mayo a pesar de las dificultades de movimiento entre territorios (Desjacques reside en estos momentos en Bilbao). "Ya nos conocemos, hemos tocado en otras ocasiones" y ese bagaje personal y profesional también suma.

Todo para llegar a encontrarse frente a un público que tampoco vive los conciertos de manera normal, aunque Itoiz reconoce que "nos hemos acostumbrado" al final a las circunstancias actuales. "Desde junio del año pasado, por suerte, vengo haciendo conciertos semanales con diferentes agrupaciones. Es verdad que es un ambiente más frío el que se respira ahora. Ves al público alejado entre sí, alejado del escenario y es todo más frío en ese sentido. Pero nos ha tocado así y no queda otra. Solo esperamos que se retome lo anterior". De momento, este domingo vuelven a las tablas.

La música francesa de finales del XIX tiene un peso específico en el programa para un concierto que tiene entradas disponibles

Esta cita con la décima edición del ciclo de cámara del conservatorio estaba prevista para mayo pero se tuvo que aplazar por el covid