“Mikel y yo llevamos desde que teníamos 16 años diciendo: ¿te imaginas si algún día podemos sacar un disco?”. La pregunta de Javi ya tiene respuesta. Los dos músicos iniciaron el camino de Memphis en 2016, aunque no fue hasta 2019 cuando la banda tomó su forma actual, sumando a Kinko y Eneko. Los cuatro, en su primer concierto, consiguieron ganar el certamen Gazte Talent, y con el premio debajo del brazo se asomaron a un 2020 que tenía que haber sido un año de conciertos y de difusión de su música. Pero apareció la pandemia y los planes se trastocaron. Ahora, eso sí, tras meses de un trabajo que no se ha detenido a pesar del covid, se hace realidad, tanto en formato digital como físico (CD), Money Gods.

Simple Game, The Preacher, Liberty Train o The Secret Of The Living son algunas de las once canciones que dan forma y fondo a un álbum en el que los temas funcionan de manera independiente pero responden a una idea general. “Es una misma historia con sus distintas partes” en la que la banda habla “de la religión, del mercado y el negocio que supone, de la sociedad actual, de la muerte, del cielo y del infierno”, todo ello sobre la base de un rock que en ocasiones puede tirar más hacia el country, o el hard rock o lo que pueda servir en cada momento. “Son canciones bastante distintas entre sí. Lo que básicamente buscamos es que la gente tenga una experiencia” y que, por lo menos, “te entren ganas de ir de inmediato a un concierto, pero no solo nuestro, sino de cualquier otro grupo o intérprete”, apuntan los cuatro. Además, quieren mostrar que es posible hacer desde Vitoria un sonido y una propuesta que a veces da la impresión de que solo puede llevar el sello americano.

Puede que sea verdad que la situación generada por el covid no sea la mejor para publicar un álbum, más allá de que, como tal, el formato del disco esté de capa caída. Pero ellos dejan claro que viven este momento del lanzamiento de su debut con “muchas ganas”. Money Gods “es algo que poder mostrar, que poder compartir, una tarjeta de presentación que define cómo somos, por lo menos ahora”, una referencia que, a causa del coronavirus, ha costado casi un año sacar adelante, aunque esa espera ha tenido su lado bueno, ya que se han podido incluir dos temas que, en principio, no estaban previstos. “Además, el proceso nos ha servido para conocernos mejor como banda”, más allá de que “el día de mañana podremos contar orgullosos que sacamos un disco en mitad de una pandemia”, ríen.

Con todo, el grupo sabe que estos once cortes seguirán evolucionando según se vayan produciendo conciertos, una agenda que todavía no tiene fechas confirmadas a causa de la situación actual, aunque se espera que no se retrase mucho la posibilidad de volver a encontrarse con el público. Ellos están con todas las ganas imaginables. De momento, Javi, Mikel. Kinko y Eneko esperan al lanzamiento el viernes de su primer disco, se preparan en el local para subirse al escenario en cuanto sea posible e, incluso, tienen sobre la mesa las primeras ideas para el próximo álbum.