Sobre y bajo las tablas de Jimmy Jazz, Helldorado o el Gaztetxe han ocurrido a lo largo de los años muchas cosas, algunas para recordar, otras para intentar olvidar lo más rápido posible. Pero esta vez Igor Agirre no ha querido poner su atención ahí. Ni ha mirado a barras, guardarropías o vestuarios, que también darían mucho de sí. Él se ha decidido a entrar por la puerta grande en 15 baños de otros tantos locales de la capital alavesa, esos lugares donde lo confesable y, sobre todo, lo impensable puede llegar a suceder. Del agua que corre, o no, por estos lugares a la acuarela. La conexión no deja de tener su aquel. La musa tiene forma de váter en Caguers de poesie, exposición que desde ayer toma Old Tower Stuff, donde va a permanecer hasta el 1 de julio.

En un momento histórico de pandemia, donde la cultura está ahogada y luchando por sobrevivir he querido recrear los baños de estos espacios. ¿Qué no ha ocurrido en esos lugares?”, se pregunta el artista. De hecho, si alguno de estos váteres hablara, igual a más de uno se le caía la muda a los pies. Son, entre otros, los excusados de Orbain, Candela, Helldorado, Herre, Parral, Dazz, Iguana, Urban Rock Concept, Gaztetxe, Errekaleor y Jimmy Jazz los que se hacen arte a través de Igor Agirre Soubies.

Son, como dice el artista vitoriano, lugares, en los que ocurren todo tipo de cosas secretas, privadas, pero que también esconden registros en sus paredes. “Poesía, verso, lírica, simples pintadas... son pequeños espacios abiertos a la libre expresión”, subraya. Al igual que las salas más recónditas de “las cavernas escondían las pinturas y las cellas de los templos guardaban los elementos sagrados, en nuestra cultura contemporánea son los váteres de los espacios de conciertos los Sancta Sanctorum que esconden nuestros pictogramas”, ya sean realizados de manera específica o través, por ejemplo, de ese otro mundo sin fin de las pegatinas.

La intención es plantear también una “reflexión en estos tiempos de parón antiséptico para recordar, reflejarte e incluso oler. En fin, una invitación para entrar hasta el váter de la contracultura” y hacerlo desde una tienda de música como el Old Tower Stuff, que suele ser habitual casa de muestras relacionadas siempre con los sonidos, aunque sin duda este proyecto es bastante singular con respecto a otros. Quien lo quiera comprobar, puede pasarse por el local de la cuesta San Vicente en las próximas semanas. Será también una buena ocasión para perderse entre vinilos y otros alicientes justo ahora en el que poder disfrutar de los directos se ha convertido en casi un milagro.