"Cuesta aprender y controlar la acuarela. Técnicamente es muy difícil porque es extremadamente complicado corregir el error". Pero como imposible no hay nada y en el reto también está el atractivo, la artista Carmen Lecanda y quienes aprenden de ella en la Escuela de Artes y Oficios no paran. De hecho, ahora protagonizan la tercera entrega del recuperado programa expositivo del centro. "Mostrar es un privilegio" dice Rosa Sanz, una de las protagonistas, a través de sus creaciones, de una propuesta que se podrá ver hasta el 6 de mayo.

Es verdad que la pandemia impide que personas ajenas al centro accedan a un edificio por el que cada semana pasan más de 900 alumnos, que son al mismo tiempo espectadores. Pero Artes y Oficios también se está sirviendo de su página web y de las herramientas online para poder sortear los condicionantes que impone el covid. Todo suma, sin descartar que en un futuro se puedan llevar estas creaciones a otros espacios.

De momento, la escuela se ha dejado inundar por un amplio y numeroso abanico de obras que se presentan bajo el título conjunto de Acuarela: inicio y experimentación. "La intención era que todos los cursos estuvieran representados y para ello hemos recopilado lo hecho desde septiembre" ofreciendo un recorrido visual que arranca con formatos más pequeños en los que se pueden ver retratos o paisajes, por ejemplo, para llegar a piezas de mayor dimensión donde la investigación y la prueba van más allá. Todo ello ocupando hasta el último hueco de los tres espacios expositivos con los que cuenta el centro.

Una quincena de personas es la que ha hecho posible este gran mosaico compuesto por creaciones individuales en las que cada uno plasma su sello, su manera de ver y hacer, sabiendo, como dice Ana Cañedo, que "nunca controlas el agua, lo que hace que siempre estés en vilo". En ese aprendizaje continuo, se trata de "probar, de encontrar tu propio estilo porque es muy divertido poder jugar", apunta Amalur Izaga. Un camino en el que, según subraya José Errasti, quienes acuden al centro aprenden los unos de los otros "en un ambiente muy, muy bueno".

No es algo baladí en estos tiempos de pandemia, una situación que los creadores participantes sí trataron cuando siguieron su formación desde casa durante el confinamiento, aunque no es una temática que ahora se refleje en la muestra. "Ya estamos todo el rato con ello presente y no quería que nos saturásemos más" explica Lecanda. Además, el covid ya deja su huella en trabajo diario de Artes y Oficios. Frente a eso, profesora y alumnado destacan que la motivación ha aumentado, que se sienten más arropados los unos con los otros. "Participamos más de las vivencias de cada persona y todo eso se expresa también en la forma de pintar". Así se vislumbra ahora en esta exposición.