Tras actuar hace nada al otro lado del Atlántico, Marilia Monzón vuelve a hacer la maleta para llegar, este viernes, a la capital alavesa. Lo hace para poner de largo los temas de Prenderé una velita, un disco con el que marcar de manera clara el paso propio en un camino que, de cara al gran público, empezó en Operación Triunfo más allá de que, a día de hoy, su propuesta musical poco o nada tenga que ver con el programa de televisión. De la mano del circuito Girando Por Salas, el estreno en Gasteiz de la artista de Gáldar (Gran Canaria) se produce este viernes 10 de mayo en una sala Le Coup que tiene alguna entrada disponible.
Hay que sobrevivir a la alargada sombra de un programa de televisión y a una pandemia hasta llegar a la publicación de un primer disco. ¿Complicado?
–(Risas) Al final, una tiene que confiar en sus instintos y en lo que tiene en la cabeza que quiere llevar hacia delante. También es fundamental la gente que te rodea, que te da la mano, te apoya y cree en ti, en lo que quieres hacer. He contado con el apoyo de mi familia, amigos y de artistas de la industria. No ha sido un camino fácil, pero al final está siendo como todo en la vida, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Todo te da una cierta perspectiva de la vida que te hace ver las cosas de otra forma. Aunque todo va muy rápido, nosotros hemos querido colmarnos de paciencia y tomarnos todo con calma para, desde ese lugar, empezar a crear este proyecto.
Ahora que la criatura camina sola por el mundo...
–Al mirar hacia atrás, me siento muy orgullosa de la valentía que tuve y afortunada por encontrarme a la gente que me ha ido acompañando en el proceso. Ahora estoy disfrutando, recogiendo lo que hemos ido sembrando a lo largo de estos últimos años. Bueno, eso y aprendiendo, que creo que es lo más importante.
“La industria de la música está pasando por un momento un tanto difícil. Hay muchísimos lanzamientos diarios”
Al final, todo se hace para y por el público.
–Una de las cosas que más expectante me tenía antes de la salida del disco era ver cómo estas canciones iban encontrando nuevos lugares donde ir creciendo. Creo que una de las cosas más bonitas de la música es ver cómo sacas tus propias historias, algo tan personal, y te encuentras con personas que empatizan con lo que cuentas y eso les hace no sentirse tan solas. Este disco es un regalo enorme para mí misma y también para la gente que me ha rodeado. A partir de ahí, estoy muy agradecida de cómo ha recibido el público el disco. Está siendo como un abrazo al corazón. Está suponiendo la creación de un espacio seguro donde sentirme bien y a gusto. Así que estaré eternamente agradecida al público que me escucha, que respeta y comparte la música.
Dominan la escena otros géneros, sobre todo la música urbana, pero usted se va por otros derroteros muy distintos.
–Este disco es muy personal, también en el sonido. Es algo que llevo trabajando mucho tiempo. Quería volver a mi casa, a mis raíces, y, desde ahí, contar lo que llevaba dentro. Esa identidad creo que se ve muy clara en el sonido del disco.
Acaba de estar hace nada en México y Colombia.
–Ha sido una experiencia preciosísima, un sueño hecho realidad. Mi música también está inspirada en muchos lugares de Latinoamérica y poder viajar y sentir sus sonidos tan de cerca, ha sido un regalo. Tengo ganas de sumar lo aprendido a la gira que nos queda por delante.
Un tour en el que salir por primera vez a escenarios de ciudades como pasa con Vitoria.
–Siempre hay ciertos nervios porque, como dices, es encontrarse con nuevos públicos y no sabes cómo van a recibir las canciones y a interactuar contigo. Pero si algo estoy aprendiendo en esta gira es que, vaya donde vaya, siempre encuentro un abrazo al corazón y creo que en Vitoria pasará igual.
“Estoy segura de que mucho público que me escucha hoy me sigue desde ‘Operación Triunfo’; pero es algo que me queda ya muy lejos”
¿Está al principio de un camino que tiene que llevar a Marilia Monzón hacia dónde?
–Me dejo llevar bastante. Quiero fluir con todo lo que nos tiene que ir llegando y abrazar cada nueva oportunidad. Hay que cuidar y trabajar cada paso, y seguir aprendiendo mucho. Ojalá estas canciones nos lleven a seguir haciendo más conciertos, a cantar más, a inspirarnos para, con nuevas historias, crear nuevos temas. Espero cantar en teatros, y volver a mi tierra para poder celebrar esto que me está sucediendo en lugares que siempre he querido. Desde la calma y la paciencia, la idea es no parar con mucha responsabilidad y trabajo.
La música es una pasión y también un trabajo. ¿Lo mejor y lo peor?
–Hay de todo. También creo que la industria de la música está pasando por un momento un tanto difícil. Hay muchísimos lanzamientos diarios. Todo va a un ritmo frenético en el que casi no nos damos cuenta. Me hace mantener la esperanza el ver proyectos de otros artistas como Natalia Lafourcade, Silvana Estrada y Valeria Castro, por ejemplo. Personas que crean desde la raíz, desde lo más profundo y desde lugares de procedencia.
¿Habrá alguna vez que no le pregunten por ‘OT’ o...?
–(Risas) Ya cada vez menos, no creas. Es algo que me queda ya muy lejos tanto a nivel personal como en el ámbito artístico. No reniego de mi pasado. Viví una experiencia maravillosa. Tengo muchos compañeros que se han convertido en amigos, por no decirte en familia. Pero es verdad que ahora mismo no me siento representada por Operación Triunfo. Estoy en otro momento de mi vida completamente distinto. Respeto mucho todo lo que tiene que ver con el programa. Es un altavoz muy grande para darse a conocer. Estoy segura de que mucho público que me escucha hoy me sigue desde Operación Triunfo. Pero no deja de ser una experiencia muy dura para la que hay que estar muy preparada mentalmente.