- Fue en las fiestas de La Blanca de 2018. También con un texto escrito por su hijo, que en aquella ocasión ejercía además de director, Concha Velasco volvía una vez más a la capital alavesa para representar El funeral. Desde entonces han pasado muchas cosas, incluida una pandemia que la actriz ha sufrido en primera persona, aunque por fortuna pudo superar la enfermedad. De hecho, ni el coronavirus ha podido impedir que a sus 81 años vuelva a subirse a las tablas para protagonizar un nuevo monólogo que lleva la firma de Manuel Martínez Velasco, aunque esta vez la dirección de La habitación de María ha recaído en José Carlos Plaza. Una conjunción de nombres que mañana vuelven a unirse en el centenario edificio de la calle San Prudencio.

Como siempre dentro de la actual temporada de invierno y para cumplir con el toque de queda y la prohibición de que los actos culturales duren más allá de las 21.00 horas, el encuentro con el público se producirá desde las 19.00 horas, aunque quien no tenga su entrada en la mano, va a quedarse con las ganas. Fue poner los pases a la venta y volar en muy poco tiempo.

En esta ocasión, la conocida y reconocida actriz se transforma en Isabel Chacón, escritora muy famosa que, sin embargo, lleva tiempo sin salir de su casa. Sufre agorafobia y eso le impide moverse de su piso en un rascacielos desde hace más de cuatro décadas. Sin embargo, un incendio va a poner a prueba esa situación. Como explica la propia Velasco, esta obra habla de amistad, amor, felicidad, tristeza, vitalidad, soledad, "pero sobre todo de cultura, de cómo la escritura y la lectura pueden hacer que una persona que ha sufrido tanto salga adelante".

En esa situación límite, Manuel Martínez Velasco construye el argumento sirviéndose del avance del fuego -que tarda en llegar a la habitación de la protagonista lo que dura el montaje-, una amenaza que hace que la escritora afronte "con un inteligente sentido del humor" sus miedos, fantasmas "y todos los traumas de su vida que le han llevado a esta encrucijada", como explican desde Pentación. "Es una obra complicada, con dificultad", dice Velasco, que a sus 81 años afronta la que ella mismo ha dicho que puede ser su última gira, aunque tampoco sin cerrar la puerta a nada.

De momento, su agenda no se detiene, ni a pesar de los condicionantes que impone el covid en cuanto a aforos, distancias y demás. La propia Velasco afirma que mientras pueda seguir trabajando no quiere dejar el mundo de la interpretación. Ahora ese impulso se traduce en esta obra de tono cómico pero con espacios para la reflexión, una pieza que la actriz pidió a su hijo casi como por encargo,