- Eneko del Castillo (Sangüesa, 1973) desgrana las claves de la tercera edición del Atlas histórico de Navarra. El navarro es miembro fundador de la Asociación Xavier Mina de Estudios Históricos de Navarra y de la Asociación Cultural Nabarra Aurrera. Desde 2009 se dedica al conocimiento y difusión de la territorialidad histórica de Navarra por medio de la cartografía en su blog NabarlurNabarlur. Además de ser autor del presente atlas, ha colaborado en la realización de los mapas de numerosas publicaciones de la editorial Pamiela, como La conquista de Navarra y la Reforma europea (2013) VVAA; o Cuando éramos navarros (2012), de Iñaki Sagredo.

¿Cómo surge la idea de hacer este atlas?

-Todo empezó a raíz de la publicación de los primeros mapas en mi blog, Nabarlur. Tanto la editorial Pamiela como varios historiadores se interesaron en incluir mis mapas en sus libros. Por otro lado, la necesidad de contar con un trabajo actualizado de este tipo y visto desde una óptica propia, es decir, no dirigida por la historiografía española o francesa, me llevaron a la realización de este trabajo.

¿A qué fuentes y documentación has recurrido para elaborarlo?

-Como base he utilizado otros trabajos que muestran la evolución territorial de Navarra a lo largo de la historia, incluyendo aquellas modificaciones que, como es lógico, van apareciendo en sucesivas investigaciones que obligan a actualizar y corregir la historia. En cuanto a los textos, he tenido en cuenta desde las primeras menciones a los vascones de los geógrafos clásicos, hasta las últimas publicaciones de, sobre todo, historiadores navarros como Adot, Esarte, Jimeno, Lacarra, Monreal, Pescador, Sagredo y Urzainqui entre otros.

¿Qué partes tiene el libro?

-Se divide en tres partes. La primera está dedicada a la territorialidad de la antigua Vasconia desde el Imperio romano hasta la derrota de Carlomagno en Orreaga-Roncesvalles, la segunda al reino de Navarra, desde su fundación por Eneko Arista en el siglo IX hasta la actualidad, y la tercera está dedicada a la extensión histórica del euskera. Incluye también varios anexos con mapas de detalle, cronologías, genealogías y tratados internacionales. Es un libro muy visual, con textos cortos que invitan a conocer la historia de Navarra.

¿Qué diferencias aporta respecto a otros atlas existentes?

-La más llamativa es la centralidad que se da a Navarra. Muestra la realidad de cada época a los dos lados del Pirineo por igual, sin tratarlo como una frontera, sino como el eje vertebrador de nuestro pueblo. Presenta la extensión histórica de Navarra en su totalidad y no únicamente de la parte que corresponde a la actual comunidad foral.

¿Hay alguna novedad en esta tercera edición?

-Respecto a la edición que salió a la venta hace cuatro años, se han actualizado varios datos y mapas como el de la eurorregión en que está incluida Navarra desde 2016 o el de la oficialidad del euskera con la ampliación de la zona mixta en 2017.

El título del libro podría sugerir un contenido de épocas anteriores, pero llega hasta comienzos de este siglo XXI.

-El contenido de este atlas abarca un periodo de 2.200 años que va desde la integración de Vasconia en el Imperio romano hasta la actualidad más reciente, como ha sido la creación de la eurorregión formada por Nueva Aquitania, Euskadi y Navarra. También refleja el V informe sobre la situación del euskera.

Desde la aparición de ‘La Navarra marítima se han publicado libros que a mucha gente le han descubierto otra Navarra, real, protagonista y soberana en Europa, que ha permanecido oculta en todos los tramos de la enseñanza, en castellano y en euskera, desde la escuela e institutos hasta la Universidad. ¿Este ‘Atlas histórico’ contribuye también a conocer esa Historia de Navarra marginada?

-La Navarra marítima de Urzainqui y Olaizola nos mostró que existe una parte de nuestro país que había olvidado su nombre. De la misma forma, este Atlas recoge gran parte de estas publicaciones que nos hablan de aquella Navarra que hasta finales del siglo XII, no solo tenía su salida natural al mar en Hondarribia, sino que su costa llegaba hasta Castro Urdiales. Muestra a Navarra como el único Estado o reino soberano del que nos hemos dotado, el cual en determinados momentos de la historia, nos ha englobado a todos los vascos.

La lengua más antigua y propia de la ciudadanía navarra también tiene su lugar en el libro. ¿Cuál es la razón para hacerlo?

-Navarra y el euskera han ido siempre de la mano. No se puede entender la supervivencia de la una sin la otra. Pese a que la lengua de la Administración fueran el latín o el romance, cosa que no era muy distinta en otros países de Europa, el euskera fue la lengua de la mayoría de su población. Más allá de la conquista de 1512, los Fueros siguieron protegiendo a la lingua navarrorum hasta su abolición en el siglo XIX, momento en el que se produjo la mayor regresión de nuestra lengua.

“El atlas abarca un periodo de 2.200 años: desde Vasconia hasta la creación de la eurorregión”

“Navarra y el euskera han ido de la mano, no se entiende la supervivencia de la una sin la otra”

Autor del ‘Atlas histórico de Navarra’