stá compuesta por 2.668 triángulos de cristal, iluminada por 32.256 bombillas led rojas, azules, verdes y blancas que forman una paleta de 16 millones de colores y pesa 5.386 kilos: es la bola de Times Square. Durante los últimos 60 segundos de 2020, horario de Nueva York, descenderá los 24 metros que mide el mástil que la sustenta mientras los estadounidenses comienzan su tradicional cuenta atrás desde diez, para arrancar el año con un beso.
“Todos queremos que 2020 pase lo más rápido posible, cinco, cuatro, tres, ya está aquí” dice entre risas Jeffrey Straus, el máximo responsable de que a las 11.59 de esta noche se active el mecanismo y la esfera de 3,6 metros de diámetro diga el último adiós. Junto a la bola, Straus cuenta que seis técnicos se encargarán de que el año termine como tiene que terminar, sin más sorpresas, como lo ha hecho desde 1907, con excepción de 1942 y 1943, cuando la ceremonia fue suspendida por la II Guerra Mundial.
Esta celebración se remonta a 1904, cuando el entonces editor del The New York Times, Adolph Ochs, organizó un espectáculo de fuegos artificiales en la azotea de la flamante sede del diario para marcar el traslado del medio a sus nuevas oficinas. “El 31 de diciembre de 1904, cientos de miles de juerguistas se reunieron en el centro de Manhattan, cerca del edificio recién construido del New York Times”, informaba el rotativo. No fue hasta tres años después cuando hizo su aparición la mítica bola, que entonces pesaba 317 kilogramos, tenía un diámetro de metro y medio y contaba con un centenar de bombillas blancas adosadas. La idea se inspiraba en las bolas empleadas en muchos puertos, como la construida sobre el tejado del Observatorio Real de Londres, que descendía por el mástil todos los días a la una del mediodía para ayudar a los capitanes de los barcos a poner en hora sus cronómetros antes de partir. El cronómetro les permitía calcular la longitud para determinar su situación y no extraviarse en mar abierto.
Desde entonces, se ha ido moldeando con distintos materiales e iluminaciones, incluido un diseño en forma de manzana en los 80, hasta llegar a la apariencia actual en 2007, por la celebración de su primer centenario, cuando la empresa de cristal Waterford y la compañía de iluminación Philips diseñaron la esfera de la actualidad. “Gracias a Waterford tenemos la bola de cristal más grande del mundo. Pesa casi seis toneladas y tiene un diámetro de 3,6 metros. Realmente construyeron un milagro de la ingeniería y el mundo entero mira mientras esta bola cae para traer el nuevo año. Todos juntos hacemos la cuenta atrás como si fuéramos uno, estemos donde estemos”, agrega Straus. Todos los años se cambian 192 triángulos de la bola con un nuevo diseño que representa un deseo para los doce meses siguientes. “Este año, el diseño es Un regalo de la alegría y está representado por un rayo de sol que irradia hacia afuera calidez y alegría a todo lo que toca”, explica.
La celebración, que tradicionalmente acoge a cientos de miles de personas, este año se celebrará apenas sin público, aunque sí habrá actuaciones en directo, como la de Gloria Gaynor, primera cantante que interpretó I will survive (Sobreviviré), canción que se convirtió en mucho lugares en el himno contra el coronavirus. Tom Harris, vicepresidente senior de la Alianza de Times Square, explica que todo estará enfocado en la retransmisión televisada para evitar la propagación de la covid-19, que lo ha inundado todo. En la celebración se rendirá homenaje a los trabajadores de primera línea: tenderos, técnicos que hacen las pruebas de la covid-19, sanitarios o trabajadores del sistema de transportes.