Vitoria - Tres días consecutivos sin descanso con el Principal como punto de encuentro con el público. La cuadragésimo quinta edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz completa hoy la intensa agenda de su inauguración tras el estreno de Ojo de buey por parte de la compañía alavesa Larrua y la representación ayer de Prostitución, con Carmen Machi, Carolina Yuste y Nathalie Poza sobre las tablas de la calle San Prudencio.

Como en la diferencia está la gracia, esta tarde toma el relevo el inconfundible sello de Zanguango, esta vez para volver a traer a la capital alavesa un Aquí va a pasar algo cuyo tirón entre el público sigue siendo destacado.

No en vano, para la representación de hoy a partir de las 20.30 horas, solo quedan unas 40 butacas libres, así que es mejor no esperar demasiado si se quiere compartir con la compañía una obra que toma como punto de partida una situación tal vez imposible pero que no deja de tener su poso de realidad.

Txubio Fernández de Jauregui y Miguel Garcés se convierten en dos personas que no saben quiénes son. Han perdido la memoria. Por completo. Y, por tanto, su personalidad, lo que, en principio, les define y les ubica en el mundo. Sus recuerdos, sus intereses, lo que creen que otras personas dicen de ellos... todo ha desaparecido. Es volver al punto de partida, quedarse a cero. “Son dos personajes que llevan toda su vida intentando construir algo que, ahora, no es”, apunta el actor vitoriano, que señala el alzheimer como referencia cercana para entender la situación, “solo que en ese caso estamos hablando de algo que genera dolor, y el espectáculo no va por ahí”.

Como apunta su director, Miguel Muñoz, Aquí va a pasar algo es una “reivindicación del juego y de la indefinición”, una propuesta en la que, según Fernández de Jauregui, “el humor es un ingrediente más aunque no sea un montaje de humor”, entendiendo esto como una obra de gags.

Al contrario, y como suele hacer Zanguango en sus propuestas, la pieza, más allá de las risas, plantea no pocas preguntas para el público, y cada persona presente en el Principal decidirá qué grado de profundidad quiere alcanzar. Todo ello de la mano de un montaje creado de manera colectiva por intérpretes y director, una producción de largo recorrido “que nos sigue deparando novedades y momentos que no habíamos vivido”, dice Garcés.

Hoy habrá una nueva oportunidad de ver la pieza dentro de esta llamada nueva normalidad que el grupo mira con preocupación. “2021 está, ahora mismo, en el aire, después de un año en el que hemos perdido buena parte de la agenda que teníamos confirmada en marzo”.