- El director de cine y guionista japonés Takuma Sato (Tokio, 1977) aborda en su película Nakuko wa ineega/Any crybabies around? “la evolución que uno experimenta al ser padre”, una historia “que puede ser compartida en cualquier lugar del mundo”, según palabras del productor del filme y también cineasta, Hirokazu Kore-eda.

En rueda de prensa por vía telemática desde Japón, Sato, Koreeda y el protagonista de la película, Taiga Nakano, agradecieron ayer que la película compita en el Zinemaldia.

Sobre su implicación en la producción del filme, Koreeda explicó que la primera vez que vio el guion “fue en 2016”. “La historia me impresionó mucho, sobre todo el tercio final. Me di cuenta de que podía ser una gran película”, indicó. A su juicio, “es una historia que puede ser compartida en cualquier lugar del mundo”, y añadió que también le interesó la “influencia” que las mujeres ejercían en el protagonista.

Sato explicó que esta historia comenzó hace unos cinco años, cuando se acercaba a la treintena y un amigo suyo se casó e iba a ser padre. “Sentía mucha intranquilidad ante el hecho de ser padre, no sabía cómo afrontarlo”, apuntó.

El cineasta señaló que su intención era reflejar “el cambio de mentalidad, la evolución que uno experimenta, cuando es padre”, aunque él no lo es. También apuntó que en lo que respecta a la paternidad, “la madre siente cambio físico en su cuerpo pero el hombre no”, por eso, a su juicio, “ese cambio de conciencia le cuesta más”. “Varias mujeres me dijeron que no era precisamente así, que también hay quienes son madres y no maduran”, indicó.

En cuanto al rodaje en la península de Oga, en Akita, región en la que nació, Sato apuntó que los namahage son como un dios en Japón, por lo que tuvo que explicar a la hora de tramitar los permisos para filmar que su intención no era reflejar esa tradición, que eligió por su “fuerza visual”, como una festividad, sino contar la historia de algo frecuente allí y que es que “el padre protege al niño y el niño promueve la madurez del padre”.