ueno, aunque me las dé de sabiondo contando batallitas de los helados, yo en el 84 no era ni proyecto y fue aquel año cuando salió el Corazón: un helado con forma de ídem con cuerpo de nata, sombrero de chocolate y otro corazón interno de fresa pensado, claro, para los ligoteos en la playa. Ibas con las chica y le decías aquello de “Te doy mi corazón” o “Te dejo dar un mordisquito a mi corazón”. No me digan que los de aquella generación no lo tuvieron más fácil para ligar. Yo lo más parecido que tuve es el Cuore, que era un helado de cucurucho que no daba tanto juego con el nombre si no querías parecer un italiano de playa y que las chicas salieran huyendo o, peor, que se quedaran y descubrieran que tu labia empezaba y terminaba ahí. Tremenda adolescencia. Así que envidio a los suertudos que tuvieron los veranos de ligoteo más fáciles gracias a este helado que nunca debió desaparecer. Stewie, ¿me prestas tu máquina para viajar en el tiempo? Es para una cosa. Joseba Gorriti

Corazón

Fue una de las novedades del verano de 1984: helado cremoso de nata y chocolate con forma de corazón y un corazón central más pequeño de fresa, aunque no duró mucho en la carta de Frigo.