- Son muchas las propuestas culturales en el territorio alavés que desde marzo han ido cayendo en el olvido y el silencio a causa de la aparición del covid-19. Eventos y certámenes de todo tipo no han podido llevarse a cabo, aplazando sus encuentros con el público, sobre todo con la mirada en 2021 en la confianza de que el próximo año puedan realizarse. Ya se verá. Con todo, pasado el estado de alarma, la agenda se ha ido haciendo camino desde mediados de junio, sin perder de vista en ningún momento las diferentes recomendaciones y normativas sobre seguridad e higiene que la situación requiere. Poco a poco, y más allá de los condicionantes que marcan el momento, el territorio ha ido dando vida a sus escenarios, con la calle como lugar de referencia aunque no solo. Y hasta la fecha, más allá de que el riesgo cero no existe, los actos culturales -y con ellos quienes los ofrecen, los programan, y quienes los disfrutan- han demostrado que se puede hacer camino desde la responsabilidad y sin contagios.
En ese contexto, la vigésimo séptima edición del Festival de Teatro de Humor de Araia llama a la puerta. En realidad, su programación paralela por distintas localidades del territorio arrancó a principios de mes y se sigue desarrollando, haciendo de calles y plazas lugares de risa, circo, emoción, sentimientos, reflexiones... espacios en los que compartir más allá de que no se pierda de vista el uso de la mascarilla, las necesarias distancias entre personas, los geles y todo lo que implica la aparición del covid-19. Eso sí, el tronco principal del certamen ya está en plena cuenta atrás para poner en marcha mañana un cartel con menos días y menor número de representaciones que otros años, pero que, por lo menos, se ha podido llevar a cabo gracias al trabajo realizado por el equipo comandado por Javier Alkorta, Txortas, el apoyo del Ayuntamiento de Asparrena y la Diputación, y la colaboración de entidades públicas y privadas como DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, entre otras.
La pandemia supone llevar a cabo el evento con dos novedades importantes que tienen que ver con recintos y aforos. Así, los espectáculos de calle se van a realizar solo en el patio de la ikastola de la localidad, que puede congregar a un máximo de 200 personas. Además, las obras de interior se mantendrán en el Arrazpi Berri como siempre, pero esta vez podrán acceder poco más de 300 personas. Todavía quedan pases disponibles para las siete funciones, aunque en el caso de las invitaciones para las obras al aire libre están a punto de agotarse y tampoco sería bueno dormirse en los laureles con el polideportivo porque su venta marcha a muy buen ritmo.
Mañana, con la esperanza de que el cielo se porte, el festival arrancará a las 20.00 horas desde el mencionado patio de la ikastola de la mano de Oihulari Klown, que presentará su montaje Gabe, protagonizado por dos sin techo que denuncian, con humor, la pobreza y las desigualdades. Ya a las 22.30 horas, en el Arrazpi será el turno de Tartean, que ofrecerá, en castellano, Simplicissimus, un cabaret que homenajea a los humoristas que sufrieron y sufren persecución por ejercer su trabajo en libertad.
Ya el sábado se repetirán los mismos horarios. Así, a la tarde será el turno para una compañía de sobra conocida en Araia, Trapu Zaharra, que en esta ocasión presentará Turistreando. centrada en una peculiar agencia de viajes. Por la noche, en euskera, Vaivén volverá al certamen con uno de sus grandes éxitos de los últimos años, Erlauntza, una reunión de varias amigas de la infancia para una despedida de soltera donde pasa casi de todo.
Así se llegará al domingo, la jornada con más propuestas. A las 13.30 horas será el turno de Bapatean Zirko, que se ha incorporado a última hora al cartel para compartir con los espectadores Adabaki, un juego de dos payasos que traslada al público a un universo lleno de emociones, sustos, golpes y magia. Por la tarde tomarán el testigo The Funes Troup con Aukerak, una propuesta de nuevo circo en la que se ponen de manifiesto las oportunidades que da la vida y cómo, en cierta manera, a través del arte y la cultura, cada persona puede construir su propio destino. Por la noche, la despedida vendrá de la mano de El Mono Habitado y ¡Ave, osos!, una obra que parte de una nueva anunciación, del aviso de la llegada del nuevo Mesías, aunque esta vez Dios ha escogido a una pareja homosexual para ello.
La situación generada por el covid-19 ha obligado a reducir a la mitad el aforo del Arrazpi Berri, donde todavía quedan algunas entradas
En esta ocasión, los espectáculos de calle serán en el patio de la ikastola, cuyas invitaciones están cerca de agotarse