- Silvia Abril es uno de los rostros más populares de la televisión. Comparte plató con su marido Andreu Buenafuente, pero también va por libre. En 2021 cumplirá 20 años en el mundo del espectáculo y espera con ilusión su próximo proyecto, una obra de teatro que festejará el 30 aniversario del Terrat. Hace más de un año amplió su abanico creativo al ponerse a escribir las aventuras de su hija Joana y sus amigas en una colección de cuentos infantiles que llevan por título Las fantásticas homiguets. A lo largo de esta entrevista, la actriz catalana abre la puerta, solo un poco, de su faceta más personal, su familia.

Me sorprende, Silvia Abril escribiendo historias infantiles.

-Ja, ja, ja… A mí también. Pero la propuesta no es mía viene de la editorial. Son más majos ellos, siempre me están ofreciendo proyectos que me puedan apetecer.

Usted no suele aceptar proyectos editoriales, se ha mantenido al margen de este mundo.

-Más que no aceptar, lo que hago es pensarme mucho este tipo de aventuras, solo he aceptado el de cocina. Pero con este proyecto me ganaron. Andreu (Buenafuente) y yo tenemos a Joana, nuestra hija, que empieza a autogestionarse alguna lectura. Y ella me pareció una fuente de inspiración maravillosa y un regalo para ella que le puede durar toda la vida.

Ha convertido a su hija en la protagonista de ‘Las fantásticas hormiguets’. ¿Por qué?

-Porque me parecía divertido hablar de sus aventuras, pero no solo de las de ella, también de las de sus amigas; las aventuras que tienen unas niñas de siete. De momento se han publicado los dos primeros libros, pero tengo otros dos l istos para salir.

¿Va a seguir por el mundo de la literatura infantil?

-Me encantaría. Me lo estoy pasando muy bien escribiendo y, fíjate, es algo en lo que nunca pensé, mi hija es una fuente tremenda de inspiración. Ahora solo queda esperar a que estos libros gusten a otros niños.

Tiene una hija, escribe, hace televisión, teatro… ¿Le da tiempo a todo?

-Y también está de por medio la pareja, no te olvides.

Es verdad hemos dejado de lado a Buenafuente, supongo que también dará guerra y trabajo.

-Ja, ja, ja… No. Somos también muy amigos y compañeros. Hablemos de lo de darme tiempo. El confinamiento me ha venido genial para adelantar los dos últimos libros. Llevo un año con este proyecto, he ido a velocidad muy tortuguera, pero a medida que ha ido evolucionando cada volumen, he ido cogiendo el hábito y perdiendo el miedo. He descubierto fórmulas para tirar hacia delante. Una de ellas ha sido tirar de las protagonistas, las he implicado al máximo para tirar de historias.

¿Se han dejado?

-Sí. Por supuesto. Aunque seguro que algún día vendrán y me reclamarán derechos de autor, de imagen…

Su primer libro fue ‘Como a mí me gusta’, un libro de recetas. No tiene usted mucha pinta de cocinera.

-¿Por qué? A saber qué pinta tengo. Pero te diré una cosa, a mí me encanta cocinar para los míos, lo que ocurre es que tengo mucho pudor a la hora de escribir un libro de recetas, no quiero sentar cátedra de nada. Para mí, cocinar es un acto de amor, es un actor de compartir mesa y cocina. Mientras cocino me gusta que haya gente a mi alrededor para charlar y tomarme un trago compartiendo una conversación. Cocinar me pirra de siempre. Cocinar siempre lleva elementos festivos…

Y la fiesta le va mucho, ¿no?

-Me pirra, soy una fiestera, a mí es que lo social me va mucho. Así que mira, me gusta cocinar y como no se me da mal, disfruto mucho con ello.

¿Es usted una de esas personas que ha terminado con los abastecimientos de harina y levadura durante el confinamiento?

-No nos ha dado mucho por pasteles en casa, nos ha dado más por hacer unos platos de pasta, por descubrir pastas alternativas…

¿Han descubierto alguna?

-Sí. La pasta de legumbres con unas salsas exquisitas. Hemos descubierto el horno para hacer verduras, pescados, pizza hecha en casa… Le hemos dado bien a la cocina. Joana también lo ha hecho. A ella le encanta levantarse y preparar el desayuno.

¿De verdad? Solo tiene siete años, de esa receta: ¿Cómo educar a una criatura tan pequeña para que haga el desayuno familiar?

-Pues sí. Le gusta hacer tortitas para desayunar. Las tortitas de su madre, son las tortitas alternativas. Es una niña con mucha iniciativa.

¿Comparte sentido del humor con sus padres?

-Es muy bromista, también muy simpática, pero también tiene un punto muy serio. Es una niña muy feliz. Mira, los niños de ahora son muy afortunados. Con esta cosa que nos ha salido a los padres de estimularlos tanto…

¿Usted cree que son muy afortunados? Algunos padres son muy pesados con eso de la estimulación.

-Quizá tengas razón. A veces perdemos el oremus con eso de tanta estimulación y tanta tontería. Somos de esa generación que nos hemos ido al otro extremo, qué le vamos a hacer.

¿Y cómo anda de proyectos?

-Ahora estoy liada con un proyecto básicamente teatral. He vuelto un poco a mis orígenes. Estoy ensayando una función maravillosa, una comedia, con mis compañeros de toda la vida del Terrat para celebrar los 30 años de la productora.

¿Tiene fecha de estreno?

-En noviembre en Barcelona, pero con esta incertidumbre constante a la que estamos sometidos con el maldito coronavirus, ya no te atreves a programar más allá de la semana que viene. Estamos ensayando, empezamos los ensayos en el confinamiento. Fueron muchas lecturas en mesa, hablar mucho sobre los personajes. En junio, pasamos a ensayar ya en directo en Barcelona y vamos a intentar estrenar la obra.

Así que en teatro también se puede teletrabajar.

-He descubierto que se puede teletrabajar casi todo. Es cuestión de echarle imaginación y mucha tecnología.

Percibo que no es de las angustiadas por el confinamiento.

-No. Pero te confesaré que he tenido momentos para todos los estados de ánimo. Cuando Late motive aterriza en casa, todo se dinamita y pensé: ¡Ostras! Vaya la que se nos viene encima. Claro, entró esa maquinaria inmensa del programa en casa y nos rompió todas las rutinas. Es como echar una caja de pastillas efervescentes en un vaso de agua, todo empieza a echar espuma por todos los sitios.

¿Momentos difíciles?

-No definiría la situación así, más bien compleja. Date cuenta de una cosa, y nos ha pasado a todos, un día estás haciendo tu vida normal, trabajando fuera, en un plató en nuestro caso, y dos días después todo se paraliza y tu salón se convierte en el plató. Por otra parte, había que ser creativos, había que comer, hacer vida de familia, había que hacer clases de colegio con Joana y tenías la televisión dentro. Uf, al principio todo era muy chocante. Encima, no te podías mover.

Antonio Banderas y María Casado, los siguientes presentadores de los premios Goya. ¿Siente que ambos les han quitado el puesto a Andreu y usted? ¿Le ha sentado mal?

-Para nada. Por mí, la etapa estaba zanjada. Creo que dos galas por cabeza está más que bien y es más que suficiente. Es un currazo increíble. Lleva mucha presión encima. Me parece bien pasar el relevo y que además sean Antonio y María quien lo coja. Les deseo lo mejor y, sobre todo, que disfruten la gala.

Ya, pero…

-De verdad. Sé lo que va a preguntar. No, no digo esto por quedar bien, ni mucho menos. No me ha sentado mal, no tiene que sentarme mal. Van a ser una pareja diferente, peculiar y fuera de lo común. María viene del mundo televisivo más periodístico y Antonio tiene la acreditación máxima para estar ahí.

Pues está quedando muy bien a la hora de pasar el testigo.

-Es que Andreu y yo ya hemos hecho esa gala, no tenemos que perpetuarnos en ella. Antonio es una actorazo a nivel internacional y cuenta con todas las acreditaciones para dirigir y presentar esos premios como el que más.

Dice que es una gala trabajosa, pero también es una gala en la que muchos están dispuestos a meter los dedos en los ojos de quienes la presentan.

-Sí. Le recomiendo a Antonio, también a María, que hagan acopio de vaselina para que les resbale todo lo que van a ver escrito y van a escuchar.

¿Influyen las críticas tanto?

-Claro que influyen. Tú haces un programa de televisión para entretener, también una gala, más la de los Goya, y llueven las críticas. No digo que todas sean injustas, algunas son merecidas, pero hay quien critica por criticar, porque critican a todo lo que se mueva. Hay algunas críticas que te pueden llegar a quitar la ilusión.

Pues tanto usted como Andreu parecen que son de piel dura, no fina.

-No puedes dejar que te afecten. Un medio como la televisión es muy expuesto. Tienes que mantenerte firme si crees en lo que estás haciendo, eso es lo importante. Todos tenemos piel dura y piel fina. Te lo digo de verdad, estoy encantada de que sean ellos lo que presenten la gala y que yo me pueda dedicar más al mundo que he descubierto, el de escribir.

Empezó Derecho…

-Y después me torcí y me dediqué al espectáculo. Es un mundo que me ha dado mucho, me ha dado trabajo, familia, amigos y mucha diversión.

El año que viene cumplirá 20 años como actriz.

-Para qué me lo dices, ni me había dado cuenta. ¿Tanto tiempo ha pasado?

¿Se le ha hecho corto el viaje?

-Se me ha pasado el tiempo volando. Me lo he pasado muy bien trabajando. Soy de esas personas afortunadas de tener un oficio que me apasiona y con el que disfruto, por eso el viaje siempre se hace corto. Además, cuando contigo viajan compañeros que juegan a ver cuál es la gamberrada y la idiotez más grande, todo es divertido.

Incluso le ha dado la posibilidad de ir a Eurovisión.

-Fíjate lo que salió de una broma. Fue una maravilla que me permitió tirarme al suelo y decir: Europa, aquí está mi culo. Fíjate lo que opino yo de Eurovisión.

Este año se ha suspendido.

-Este es un año en el que faltarán cosas muy importantes…

¿Incluso se paró el fútbol?

-Ja, ja, ja… Para muchos fue como pararse el mundo. Fuera de bromas, lo que ha ocurrido constará en todos los libros y habrá niños del futuro que lo tengan que estudiar.

“Me lo estoy pasando muy bien escribiendo y es algo en lo que nunca pensé, mi hija es una fuente de inspiración”

“Andreu (Buenafuente) y yo ya hemos hecho la gala de los Goya, no tenemos que perpetuarnos en ella”

“Lo que ha ocurrido este año constará en todos los libros y habrá niños del futuro que lo tengan que estudiar”