- La práctica totalidad de espacios relacionados con la cultura, tanto públicos como privados, se encuentran todavía cerrados a la espera de poder ir dando pasos si el proceso de la desescalada sigue el transcurso deseado, más allá de que siempre haya que seguir vigilante con la evolución que tenga el covid-19. Hay, eso sí, quien poco a poco, ya puede ir abriendo algo el camino, como está sucediendo estos días con, por ejemplo, las librerías. Pero también en el campo del arte contemporáneo, Talka Galeria ha podido reiniciar su marcha, justo ahora que están a punto de cumplirse dos años desde su puesta en marcha en la plaza Marqués de la Alameda. De hecho, esta primera semana está disponible en horario de mañana, de 11.00 a 13.30 horas, aunque a partir del próximo lunes sumará también el horario de tarde.

“Quiero, más que nada, tantear cómo está la situación”, apunta su fundador y responsable, Gorka Basterretxea, que reconoce que en estas primeras jornadas de regreso ya ha tenido varias visitas al espacio, donde todavía se encuentra la exposición abierta por el escultor alavés Paco San Miguel, una muestra que se inauguró a mediados de enero y que tenía que haber concluido el pasado 28 de marzo, aunque el estado de alarma y el perceptivo confinamiento hizo imposible que el tramo final pudiera desarrollarse como estaba previsto.

En principio, el trabajo del creador permanecerá al encuentro con el público hasta el próximo día 30. Así, quienes acudan a la galería podrán encontrarse con una propuesta sin título genérico que reúne casi 40 obras de distintos formatos (incluyendo una quincena de maquetas) en las que queda claro el elogio a la esfera, ese lenguaje de la curva entrelazada con el que el autor viene trabajando desde hace años. Mármoles de diferentes tipos copan el protagonismo de la exposición, ofreciendo diferentes planos y formatos para que las curvas creen laberintos imposibles, ya lo hagan insertadas en esferas, en totems o en piezas planas. Junto a esta cuidada selección se presentan, en menor tamaño, una serie de maquetas, de pequeños sueños que son obras en sí mismos.

A partir de ahí, en un principio la intención del espacio es mantener en la medida de lo posible la programación que ya se tenía prevista antes de que el coronavirus hiciese acto de presencia y cambiase todos los planes. La idea sería poder abrir en junio la exposición que estaba contemplada de la artista gasteiztarra Miriam Isasi, aunque en estos momentos la creadora se encuentra residiendo en Bilbao, lo que en estos momentos supone una complicación extra al estar limitado el movimiento entre los territorios del País Vasco. “Aunque lo consigamos, la verdad es que sería un poco raro abrir una muestra sin ni siquiera poder hacer la inauguración”, confiesa Basterretxea, aunque mantiene la confianza de poder, de alguna manera, llevar a cabo, como mínimo, la exposición. Después habrá que ver cómo evolucionan los acontecimientos. De momento, la realidad es que Talka ya tiene sus puertas, otra vez, abiertas.