- Nacho Vigalondo es un hombre razonablemente satisfecho con su profesión. El viernes se estrenó la segunda temporada de Justo antes de Cristo en Movistar+. Él ha estado al frente de los tres primeros episodios y ha disfrutado mucho en una serie de romanos que nunca hubiera imaginado que pudiera hacer. En estos momentos le espera un proyecto del que no puede hablar y no sabe si el coronavirus va a permitir el inicio del rodaje en las fechas previstas. También sigue con sus propuestas más personales. Se va al cine y se aleja de la televisión, pero resuelto a volver en un futuro muy cercano.

De serie en serie y muy diferentes entre sí. ¿Un hombre con suerte?

—Creo que sí, soy un hombre con suerte. Primero, hago un trabajo que me gusta. Segundo, en momentos que no siempre son buenos tengo trabajo constante. Justo antes de Cristo y El vecino son un lujazo de series, muy distintas y muy divertidas.

Una serie de romanos... supongo que no era algo que esperaba hacer.

—Supones muy bien. Si tú me hubieras preguntado hace unos años si pensaba dirigir una serie de romanos, te hubiera contestado que era muy improbable. Estoy admirado por lo divertida e interesante que es. Es una serie muy curiosa para mí.

¿Por qué?

—De haber pensado en una serie de romanos, quizá la hubiera hecho con el escenario de Hispania. Pero no, esta es una serie histórica, en clave de comedia, que nunca se planteó reflejarse en la actualidad.

Da la sensación de que hay bastantes paralelismos con la actualidad.

—Es que los seres humanos somos así. Desde antiguo somos unos torpes y no cambiamos. Es una serie bastante atemporal, podría haberse escrito hace mil años, cien o veinte, da igual; dentro de ochenta años seguirá igual de fresca. Claro que coincide con hechos que suceden ahora, pero son hechos que suceden en todos los periodos históricos. No hay crisis identitarias que abrumen la comedia y la hagan posicionarse en un sentido o en otro. Hay humanos torpes, humanos un poco menos torpes y humanos que salvan el culo a otros. Esto es así.

Hay una epidemia de gripe con cierta similitud con la realidad.

—Cierto, hay un capítulo donde hay una pandemia. La serie es premonitoria en ese sentido. La casualidad ha hecho que haya una situación muy parecida a la que ha provocado el coronavirus. Digo casualidad porque está historia estaba escrita hace mucho tiempo y también grabamos esta temporada cuando la palabra coronavirus no había colonizado nuestras vidas, ni se le nombraba.

¿Qué tiene usted entre manos?

—Odio decirte lo que voy a decir€

¡Qué solemne!

—Es cierto, no me gusta nada dar este tipo de contestaciones, pero tengo cosas entre manos que no me dejan decir qué son. No me han dado permiso para hablar del próximo rodaje que tengo. Me lo han prohibido expresamente.

Vamos, secreto de Estado.

—Ja, ja, ja€ No tanto, pero me han dicho: "Sabemos que estás en promoción, no hables más de lo que promocionas, de lo demás ni una palabra".

¡Vaya!

—Me da rabia. Diciéndote esto parece que me doy una importancia que no tengo. Ya ves, un rollo de respuesta.

¿Y va a empezar muy pronto ese proyecto del que no puede hablarme?

—Sí, sí€ De hecho empieza tan pronto que tengo miedo a que se suspenda el rodaje por culpa del propio coronavirus.

¿Piensa que alguien se atreverá a hacer una comedia de esta pandemia?

—No lo sé. Se presume de tener mucho sentido del humor y es totalmente falso. Si nos comparamos con países como Gran Bretaña, nos daremos cuenta de que perdemos. Allí el sentido del humor es constante, viperino, afilado, autocrítico, incluso lleno de autodesprecio. Aquí no, cuesta mucho reírse de uno mismo. No lo entendemos.

Pero sí entendemos reírnos de los demás...

—Eso sí. No te quepa duda. En eso somos los mejores, aunque a veces un poco zafios.

¿Va a estar al frente de la segunda temporada de 'El vecino'?

—No está confirmado que vaya a participar en la dirección de la próxima entrega. Con el fregado que tengo montado parece difícil que esté ahí.

Está haciendo más televisión que cine.

—Es una racha que creo que de momento ha terminado. Si hago más televisión, sería con proyectos que desarrollaría yo mismo. Ha habido una época, ésta, en la que he querido colarme en proyectos ajenos. Pero ya tengo el gusanillo de volver, entre comillas, a mi territorio.

¿Su territorio es escribir?

—Nunca he dejado de escribir. Para mí es esencial hacerlo, es parte de mi respiración. Mi territorio al completo es cuando ruedo en televisión o cine un proyecto enteramente mío. Tengo guiones de largometrajes que están flotando a diferentes alturas y en diferentes despachos. Son tres más o menos. Mala suerte sería que no se concretara ninguno de ellos.

¿Está más fuerte la industria televisiva que la cinematográfica?

—Pienso que lo que se está dando es una fusión de ambas industrias. Si hago una película para Netflix, ¿qué es, cine o televisión? ¿Es cine o televisión una serie de solo cuatro capítulos? ¿Es una película larga?

¿Un escenario complicado?

—No lo sé. Es todo muy estimulante. A día de hoy no podría decir si lo que llamamos cine o llamamos televisión son comparables.

Sobre este tema hay muchos debates y directores que se oponen a considerar cine el que se hace para una plataforma. Hay quien dice que es una perversión.

—No, perversión no. Es algo que hay que coger con pinzas. A mí desde muy joven me gustaba el cine clásico y tenía que acceder a él a través de la televisión. No creo que el mal último del cine sea el formato a través del que se ve una película. Si hay un mal sobrevolando, no creo que sea que las plataformas hagan cine para verlo en televisión. Casi todas las películas de culto que he visto y que me gustaban, las vi en unas condiciones horribles. Ahora las cosas han cambiado y se puede ver cine en muy buenas condiciones.

Si el problema no es que el cine se emita en televisión, ¿cuáles son los riesgos que corre ahora mismo el audiovisual?

—Quizá lo que ocurre ahora es que el público esté más atomizado que nunca en torno a un tipo de cine concreto. Que se emita a través de un soporte u otro es lo de menos, serán los gustos del espectador los que decidan si ven las historias en pantalla grande o pequeña.

¿Se quedan las salas como reductos para románticos?

—No. Hay mucha gente que va sin ningún sentimiento romántico, solo por el hecho de ver una película rodeado de gente. El cine es un ritual: te vistes, sales de casa, compras una entrada y te sientas al lado de un conocido o de un extraño. Es un ambiente diferente. También hay que tener en cuenta que hoy las salas ponen productos que no son necesariamente cine.

¿Cómo lo ve a nivel personal?

—Participo de la misma tendencia de mucha gente, el espacio natural del cine son las salas y el espacio natural de la televisión es el hogar, el salón. Pienso que esta perspectiva la tendré hasta el día de mi muerte, pertenezco a una generación o a una época. Aunque si lo miro con cierta frialdad y distancia, a veces me desoriento.

Me parece que hemos transgredido los límites.

—Cierto. Vemos cine o televisión en el tren, en el autobús, en la playa o en el monte. Todo dependerá del soporte.

También se habla de una burbuja televisiva.

—Mira, no lo sé. Para mí cuentan los hechos y hay uno que me importa mucho por lo que me toca. Toda la gente que hasta hace poco estaba en el paro con unas perspectivas muy negras de futuro inmediato, ahora está currando; veo a gente trabajar, yo estoy trabajando. En nuestro sector se está saneando la economía. Me cuesta pensar en términos de burbuja televisiva. Ojalá siga. Cuando veo que mucha gente que estaba pasando por una situación muy difícil ahora tiene trabajo regular, no sé di debemos preocuparnos por estar o no estar en una burbuja.

¿Se puede vivir de cine haciendo cine?

—No tengo quejas al respecto, he conseguido muchas cosas. He dedicado mi vida entera a crear historias y nunca he tenido problemas serios de supervivencia. No quiero extrapolar mi caso. Puedo estar feliz con cómo me ha ido, aunque sea un hombre felizmente estresado.

"Hay humanos torpes, humanos un poco menos torpes y humanos que salvan el culo a otros. Es así"

"Mi territorio al completo es cuando ruedo en televisión o cine un proyecto enteramente mío"

"Si hago una película para Netflix, ¿es televisión o cine? ¿Una serie de cuatro capítulos es una película larga?"