donostia - Los programadores internacionales han fijado su mirada en la Orquesta Sinfónica de Euskadi (OSE). Así se entiende que, a través de una empresa promotora británica que organiza "giras internacionales de alto nivel", la OSE recalase el pasado lunes en Estambul, estrenándose en los dominios de Érdogan, que tiene a su mayor contrincante en la Alcaldía de la capital que ostenta el socialdemócrata Ekrem Imamoglu.
El "éxito" del concierto de la Orquesta en el auditorio municipal Cemal Resit Rey, sirvió al director general del conjunto, Oriol Roch, a reflexionar en clave interna y también externa, con un cariz geopolítico. En este sentido, y ante la buenísima acogida que tuvo el programa -compuesto por el Concierto para violín y orquesta número 1, de Max Bruch, con la solista Alena Baeva, y la Novena sinfonía, de Anton Bruckner-, el máximo responsable de la OSE concluyó de la voluntad del programador turco, gestor de la sala, de mirar hacia Europa con conjuntos de "gran calidad".
Así, el programador de la Cemal Resit Rey, cercano a Imamoglu, ha organizado un ciclo de temporada que incluye nombres como el de la Orquesta Sinfónica de Bamberg, la Kremerata Baltica, Les Musicien du Louvre y ahora también la Orquesta de Euskadi. "Esto te da la medida de la importancia de la selección", aseguró Roch. Una "importancia" que, como se ha citado, también se ha visto en la elección de los programas. Por ello, a los programadores turcos les resultó "muy interesante e importante" que la OSE se presentase en Estambul con este repertorio "poco habitual" y con una "gran sinfonía" como la Novena de Bruckner.
En un análisis personal, Roch comentó que Bruckner representa una conexión con "un universo wagneriano" mediante "la idea del hombre", algo, por otro lado, paradójico, teniendo en cuenta la gran religiosidad del primero frente a un Wagner que escribía sus libretos en base a una "mitología propia".
Esa conexión con la idea "nietzscheana del superhombre y con Europa" es lo que buscó el programador, algo que, independientemente de su "derivada política", se percibió en el palco de butacas por la gran "diversidad cultural y generacional" del público: "Lo que la Orquesta tuvo delante fue esa combinación entre Asia y Europa, que es exactamente la definición de Estambul".
instrumentos prestados El concierto de Estambul del lunes, que fue dirigido por el que fuera director titular de la OSE a mediados de la década de los 90, Hans Graf -"lo bordó"-, pese a saldarse con un notable "éxito", pudo haber sido muy distinto. No en vano, hasta la finalización de la primera parte del programa, los músicos no pudieron disponer de sus instrumentos.
El staff del conjunto viajó a Turquía el domingo, pero el conjunto de instrumentos -con un peso acumulado de 1.000 kilos-, por una serie de retrasos, no embarcó hasta el propio lunes.
Los responsables de la OSE, en un ejercicio de "profesionalidad" y en un ejercicio contra el tiempo -"la Orquesta de Euskadi ha demostrado que es una organización de primer nivel por la manera en la que soluciona sus problemas"-, plantearon varios escenarios alternativos. Por un lado, consiguieron que un conservatorio local les cediese los instrumentos con los que interpretaron El concierto para violín y orquesta nº1 de Bruch. No obstante, con estas herramientas, de menor calidad que las que acostumbran estos músicos y que tendían a desafinarse, hubiese sido imposible que la Orquesta se enfrentase a la Novena de Bruckner.
Por ello, explicó Roch, tenían previsto ofrecer a la audiencia la Segunda sinfonía de Johannes Brahms, algo que no fue necesario porque los instrumentos llegaron para la pausa entre una obra y otra.
Para las propinas, Alena Baeva interpretó tras la obra de Bruch el Primer capricho de Nicòllo Paganini, mientras que la Orquesta llevó a las orillas del Bósforo la Amorosa, de Jesús Guridi, con la que concluyó la velada entre aplausos.
refuerzo interno y externo La experiencia en Estambul, aseguró su director general, "tiene una derivada positiva en casa" porque supone un "crecimiento" para el conjunto y también para la sociedad que ve "como la orquesta nacional de su país viaja a la frontera entre Asia y Europa para enseñar su trabajo y ante una sociedad que se lleva una impresión de lo que es Euskadi".
En cuanto a la "derivada internacional", comentó que el hecho de que una agencia de programación inglesa haya facilitado el acceso de la OSE a estos espacios "constata" que "la Orquesta está siendo monitorizada internacionalmente" por motivos ya conocidos: "Porque está haciendo un buen trabajo, porque tiene alma y porque Robert Treviño la está liderando artísticamente".
Durante la primera parte del concierto, los músicos de la OSE tuvieron que tocar con instrumentos prestados por agentes locales
Tras la 'Novena' de Bruckner, como propina, la Orquesta de Euskadi interpretó la pieza 'Amorosa', de Jesús Guridi