Vitoria - En estos tiempos en los que todo el mundo parece empeñado en ir deprisa a todos los lados para, tal vez, no llegar a ningún lugar, en los que un simple botón en una red social parece ser la única conexión entre dos personas que incluso pueden estar físicamente al lado, en los que hay más gente empeñada en gritar para imponerse que en hacerse entender, el arte de la conversación parece que se ha convertido en un bien en peligro de extinción. No sucede así en Hablemos de Cosas, un programa impulsado por la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Álava (AMBA) que en este 2020 vive un doble aniversario. Se celebran 15 años desde que el ciclo se puso en marcha. Y en junio se llegará a la entrega número 100.

"Cuando hicimos los 50, Mintxo me dijo que no era consciente de lo importante que era mantener una actividad cultural con el mismo formato durante tanto tiempo. No sé lo que dirá ahora", sonríe Guadalupe Serrano, presidenta de la entidad y responsable de una propuesta que puso en marcha, en aquellas primeras entregas de hace tres lustros, junto al artista multidisciplinar y gestor cultural Brenan Duarte. Fue en 2005, con la sede de la asociación en la calle Manuel Iradier, cuando ambos reflexionaron sobre la necesidad de poner en marcha una actividad cultural paralela que se sumase a la acción de AMBA. "Un día acababa de venir de un café tertulia en una ciudad cercana, creo que en San Sebastián, y le dije a Brenan: ¿por qué no hacemos algo así?". Dicho y hecho, más allá de que cuando presentaron por primera vez la idea a una subvención se encontraron con un no por respuesta debido a la parte relacionada con el líquido elemento.

Dejando la anécdota a un lado, el fallecido diseñador, publicista y locutor radiofónico Carlos Spagnuolo fue el encargado de abrir el ciclo el 26 de abril de 2005 con una charla sobre la situación cultural en Argentina. "No queríamos hacer conferencias, sino propiciar encuentros, charlas abiertas, algo que animase al público. En todo este tiempo hemos buscado que el formato fuera diferente y que, en este marco, se pudieran tratar áreas muy diversas".

De hecho, en el programa se ha hablado mucho de las artes plásticas pero no solo y no únicamente referidas al Bellas Artes. La creatividad musical, el rap, la parapsicología, la gastronomía, los títeres, las tradiciones bereberes, el graffiti, los cuentos, el castigo en el occidente medieval, la poesía, el cómic, las canteras de piedra, la inteligencia artificial, el carnaval, los relojes, el cine, los cementerios, la zooarqueología, la prisión de Nanclares, las cuadrillas de blusas y neskas, el adulterio femenino en la Baja Edad Media... Es imposible resumir en tan pocas líneas todas las temáticas y personajes referidos. Todo ello gracias a la aportación, entre muchos otros, de Iosu Izaguirre, Ángela Serna, Rubén Díaz de Corcuera, Juncal Ballestín, Sonia Sanz, Antonio Altarriba, Cristina Westminster, Ángela Mallén, Fernando López Castillo, Antonio Duplá, Itziar Rekalde, Jesús Zubiaga, Txaro Arrazola, El Señor Pérez, Mario Michel Rodríguez, Mateo Balbuena Iglesias, Marta Extramiana, Cristina Arrazola, Enrike Ruiz de Gordoa, Clara Sánchez-Dehesa, Danae Hilera González de Belandia e Itziar Laka, que ha sido la última, por ahora, en tomar parte en la iniciativa.

El 15 de febrero, la entrega 96 vendrá de la mano de Felipe Hidalgo, que dará paso a las charlas que se producirán en marzo, abril, mayo y junio, citas en las que, a falta de confirmar detalles, ya se sabe que tomarán parte la pianista Susana García de Salazar -"nos ha dicho que habrá alguna sorpresa en su intervención"- y el director de cine Kepa Sojo (que disertará sobre el cine de Berlanga). Eso sí, qué va a suceder después es, por ahora, una incógnita.

Lo que tiene claro Serrano es que después del camino recorrido es su momento de echarse a un lado. "Me da pena pero tengo una edad, mis condiciones han cambiado y creo que he cumplido", así que Hablemos de Cosas espera que alguien quiera tomar el relevo. "En junio será mi última cita; si alguien quiere seguir, estaremos encantados".

Charlar... donde toque Desde 2012, tras algunos encuentros anteriores en el mismo lugar, Hablemos de Cosas se lleva a cabo en el Museo de Bellas Artes de Álava, aunque a lo largo de los años se ha pasado por diferentes lugares, algunos mejor acondicionados que otros, todo hay que decirlo.

Se empezó en Manuel Iradier para seguir el camino en el Jardín de Falerina. También se produjeron charlas en el Caruso, en el estudio de Mari Paz Núñez, en ReCreArte y en la sede que AMBA tuvo en Las Escuelas, a donde "íbamos con nuestras cafeteras y enchufes porque allí no había nada más que frío y algunos agujeros en la pared". Asimismo se estuvo en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa, aunque "el espacio, que está genial, es demasiado formal para lo que buscamos generar".

"A las primeras sesiones venía muy poca gente, pero la asistencia siempre ha ido hacia arriba, encontrándonos con citas en las que hemos estado casi cien personas". Con los asistentes, la rutina siempre es la misma: primero el café -que desde hace mucho tiempo sirve La Brasileña- y luego los encuentros, que suelen duran en torno a una hora, hora y media. "Hay gente que es fiel desde casi el principio. Vienen muchas personas de la universidad, sobre todo dependiendo del tema que se trate. Y, por supuesto, hay mucho amante de la cultura. En las últimas entregas, además, estamos notando que vienen muchas personas jóvenes. Eso es importante". Con todo, estén unos u otros presentes, "siempre hay mucho respecto y educación, se escucha en silencio y se participa mucho, también a la hora de sugerir temas para futuras ocasiones". Eso a pesar de que desde que se cambiaron los Hablemos de Cosas a los sábados por la mañana se coincide con las visitas al Bellas Artes. "Algunas veces, la gente da la vuelta o se sienta y escucha, pero también hemos tenido personas cruzando por delante. Menos mal que todo es muy distendido. Siempre hemos pensado que tenía que ser algo entretenido a la vez que didáctico", dice Serrano.

A la hora de planificar los seis encuentros que se procuran hacer por año, se buscan tanto temáticas de actualidad como cuestiones que, por las razones que sean, puedan despertar un interés que no se cubre en otros contextos. "Si digo la verdad, llevo quince años que cada vez que me presentan a alguien voy como un buitre por si puede ser interesante para esto. He tenido suerte porque hasta ahora nadie me ha dicho que no y eso que no se les paga mucho", apunta.

Antes de cada Hablemos de Cosas "siempre tenemos una charla previa quien va a acudir y yo. Charlamos del tema que se va a tratar, sobre todo para que, en caso de que algún día la gente esté un poco más remisa a intervenir, yo pueda romper el hielo un poco. De todas formas, es un formato abierto, se trata de que la gente pueda parar la charla y aportar o preguntar. La suerte que tenemos es que la gente va y toma parte", describe Serrano, quien tiene claro que "yo, en lo personal, puedo decir que he aprendido mucho de todas las personas que hemos tenido como invitados y que todos, en su campo, han sido interesantes, por lo menos para mí".

Pero la presidenta de AMBA también destaca otra aportación del programa, que desde el principio siempre ha contado con el apoyo de la Diputación Foral de Álava: "con estas charlas hemos conseguido que entre en el Bellas Artes gente que hasta ahora nunca había estado aquí; y hemos visto a muchas personas quedándose maravilladas con las obras de arte y con el palacio". No queda ahí la cosa, eso sí. Serrano recuerda que de la mano de la asociación se hizo en su momento un recital con la cantante Oihane González de Viñaspre. "Fue la primera vez que se hizo algo de este tipo en el museo; allí les gustó y, de hecho, nos preguntaron si nos podían copiar la idea" para llevar a cabo lo que hoy son los Sábados Musicales.

Habrá que ver qué sucede en el futuro con el programa y si alguien quiere y puede tomar el testigo. "Parece que esto no tiene trabajo, pero de eso nada...". Es lo que suele pasar con lo que merece la pena. Pero a la espera de conocer si el ciclo sigue, lo que nadie le puede quitar a Hablemos de Cosas es la aportación que ha venido realizando al conocimiento sobre distintas materias y al hecho mismo de encontrarse, de mirarse, de charlar, de compartir... en torno a un café.