Vitoria - “Soy muy lento escribiendo porque tengo más cosas en mi vida. No vivo para escribir, sino que vivo y luego escribo”, sonríe Jorge Girbau Bustos. Después de tres años de su última publicación, el creador vitoriano vuelve a lanzar un nuevo poemario, un Mientras se calienta el café (Amargord Ediciones) que este mismo jueves va a tomar forma entre las manos de los lectores. Lo hará en la presentación oficial del libro, que se llevará a cabo en la Casa de Cultura Ignacio Aldecoa a partir de las 19.30 horas.

En compañía del editor Miguel de la Quintana, la actriz Sandra Maturana, la escritora María José Hernández López -autora, además, del epílogo- y el guitarrista Pep Dilmé, el escritor visitará algunos de los recovecos íntimos y personales que componen una obra nacida entre cafeterías, un libro, por cierto, cuya portada lleva la firma del artista -y padre- Jorge Girbau, y cuyo título, que no es el previsto al principio por el autor, fue dado por su suegro, a cuya memoria está dedicada esta nueva propuesta.

Lunes. Martes. Miércoles. Jueves. Viernes. Los cinco sirven para estructurar un libro compuesto por 26 poemas que se agrupan en torno a cada jornada si se acercan más a la idea de la salvación, la tristeza o la ternura, conceptos genéricos que se asociación a cada uno de los días. A partir de ahí, se presenta una obra que recoge textos realizados entre 2014 y 2018, y con la que “estaría feliz si cada lector, al finalizar el poemario, viera que la inteligencia emocional es superior a la inteligencia intelectual. Es algo que poca gente lo percibe”, afirma el poeta. En este sentido, Girbau Bustos defiende que “el ser humano se tiene que regir por sus sentimientos. Por eso, la inteligencia emocional es mucho más importante. Hombre, no se puede caminar por el mundo sin saber quién descubrió América y dónde está el fémur. De hecho, yo odio la incultura y cada vez más”.

En este contexto, más allá de que “de la poesía actual habría mucho que hablar”, el creador apunta que hoy “la gente no sabe escribir poesía. Ahora vas a una jam poética y, si sabes de literatura, te pones enfermo. En la poesía hay que saber utilizar la metáfora, hay que irse al lado irreal para sacar de ahí el real. Eso la gente no lo sabe ver. La poesía hay que cuidarla. Cuidando a la poesía, cuidas a la cultura y en esta ciudad se hace eso cada vez menos. Antes nos regíamos por unos ambientes culturales que ya no existen. En Vitoria, la literatura ha ido a menos y hay que reencontrarla”. De hecho, Girbau Bustos subraya que “en Vitoria nos estamos cerrando mucho y necesitamos abrirnos. Nos estamos quedando atrás culturalmente”.

Situación distinta a la que el poeta vive en Madrid -a donde va y viene desde hace ocho años- y donde dentro de un mes también se presentará su nueva obra. “Estar allí está afectando a mi forma de ser. Es una ciudad que te abre al mundo. Y el artista tiene que ver cómo nutrir su mente, no preocuparse tanto de la forma de crear, que es algo que llevamos en los genes”. Él, de momento, publica ahora su último libro, mientras sigue escribiendo.