Madrid - Arturo Fernández falleció ayer en Madrid tras dedicar 68 de los 90 años que cumplió en febrero a ser en la escena y en la vida “un galán”, es decir un buen actor con un “buen porte” de nacimiento, pero su popularidad se la ganó a pulso con su sinvergonzonería elegante y una vis cómica.

Fernández, nacido en Gijón, el 21 de febrero de 1929, era hijo de un trabajador de la estación ferroviaria de Langreo. Tuvo que abandonar España en 1939 por su militancia en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Muy aficionado al fútbol, fichó por un club de tercera división, pero su meta era viajar a Madrid para ser actor. Llegó a la capital en 1949 y en 1951 ya debutó en el cine, en la película de Rafael Gil La Señora de Fátima, en la que tenía un papel secundario. El porte, decía, lo había heredado de su madre pero él estaba más orgulloso de otra cosa: “Lo que luce es llevar el alma limpia, sin haber hecho daño a nadie”, afirmó.

Hasta 1954 no hizo teatro, en el que debutó con Modesto Higueras, y después trabajó en las compañías de Conchita Montes y Rafael Rivelles. Cuatro años después llegaría la película Las chicas de la Cruz Roja, de Rafael J. Salvia. Su suerte cambiaría con Distrito 5 (1957), una cinta de Julio Coll en la que debutó como protagonista y a la que siguieron muchos títulos como Un vaso de Whisky (1958), también del mismo director, o La casa de Troya (1959), de nuevo a las órdenes de Rafael Gil.

Su primer premio fue en 1961, el del Sindicato del Espectáculo al Mejor Actor, al que siguió al año siguiente el Nacional de Interpretación. En 1966, creó junto a Conchita Montes y a Adolfo Marsillach su propia compañía de teatro. A los años 60 pertenecen obras como ¿Quién soy yo? (1967) y Yo soy Brandell (1967). En 1968 le vuelven a dar el Premio del Sindicato del Espectáculo al Mejor Actor y protagoniza la película de Luis César Amadori Cristina Guzmán. Rueda de nuevo con Rafael Gil en 1969, en esta ocasión El relicario y al año siguiente, con Juan de Orduña, La tonta del bote.

OTROS HITOS De su producción cinematográfica destacan otros filmes como A sangre fría (1959), de Juan Bosch; Los cuervos (1961), de Julio Coll; Tocata y fuga de Lolita (1974), de Antonio Drove, y Desde que amanece, apetece (2006), de Antonio del Real. En 1980, Arturo Fernández interpretó la obra teatral Homenaje a la que siguieron La chica del asiento de atrás (1984), Pato a la naranja (1986), y Alta seducción (1989). Posteriormente presentó La segunda oportunidad (1994), de Neil Simon; Mejor en octubre (1994); Esmoquin (2001) y Esmoquin 2 (2003). Después intervino en rodajes como Truhanes (1983), de Miguel Hermoso, transformada en serie para Tele 5 (1993) y por la que obtuvo el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos. En la pequeña pantalla hizo, asimismo, la popular comedia familiar y costumbrista de Antena 3 La casa de los líos (1996-2000). Entre sus trabajos más recientes destacan Enfrentados (2014), comedia teatral en la que Fernández interpreta a un sacerdote, y el reestreno de Alta Seducción en 2017, con gran éxito, y con la que ha estado dos años de gira por España. El actor decidió rescatar esta obra de los ochenta para interpretarla junto a Carmen del Valle, con quien ya hizo La montaña rusa en 2010.

El actor era Hijo Predilecto de Gijón y Adoptivo de Oviedo. Además, ostentaba varios galardones, entre ellos el Premio del Círculo de Escritores Cinematográficos (1984), Premio Ercilla de Teatro (2000), Premio Nacional de Teatro Pepe Isbert (2002), la Medalla del Ministerio de Cultura al Mérito en Bellas Artes (2004) y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo (2013). - Efe