por qué sacrificarías 28 meses de tu vida? Es una pregunta muy clara, directa, que poca gente sabría responder con honestidad. 28 meses son 2 años y 4 meses, es decir, 2 urte, 4 hilabete, el título en castellano y en euskera del documental que dirige Lander Garro en torno a la elección que hicieron seis amigos hace treinta años y que les supuso un castigo por ese tiempo de vida en la cárcel de Pamplona, “el lugar del mundo que más presos de conciencia ha tenido”. Lo sabe bien Gaizka Aranguren, fue uno de ellos y ahora coproduce esta película junto con Izar Films. El estreno está previsto para la primera mitad de 2020. Para obtener la financiación necesaria, el equipo inició una campaña de micromecenazgo que ya ha terminado.

Han pasado más de tres décadas desde que Aranguren, periodista y fundador de Labrit Multimedia; Fernan Mendiola, coordinador del Grado de Historia y Patrimonio en la UPNA; Juan Kruz Lakasta, periodista en Euskalerria Irratia; Iñigo Balbas, bombero; Jaxin G. Viniegra, periodista y técnico de cooperación, y Tonino Carotone (Toñín de la Cuesta), músico, fueron encarcelados por luchar contra el servicio militar impuesto por el Estado. Y como ellos, muchos otros. La gran mayoría en la prisión de Pamplona. La que se encontraba en el centro de la ciudad y que fue derribada casi en secreto en 2012. El solar que dejó en la calle San Roque se llama ahora Parque de la Insumisión, a propuesta del anterior Ayuntamiento de la ciudad, que celebró la nueva nomenclatura en octubre del año pasado con un acto al que asistieron muchos de aquellos insumisos, familiares y colectivos de apoyo.

Las imágenes de dicho evento forman parte de este documental que surgió por el empeño de Aranguren de tomar imágenes del interior de la cárcel antes de que fuera derruida. “En 2012 me enteré de que la iban a tirar y que no teníamos imágenes interiores para dar testimonio”, cuenta. Así que llamó al Ayuntamiento de Pamplona en busca del permiso para acceder al inmueble con cámaras. “Al poco me llamó Enrique Maya -entonces alcalde y ahora de nuevo en el cargo-, me preguntó que queríamos hacer exactamente y se mostró preocupado por si pretendíamos quedarnos dentro”, añade. Y sonríe. “Le dijimos que esta vez sí”, bromea, en referencia a lo sucedido con las acciones de protesta de los últimos insumisos encerrados en la capital navarra.

Concedido el permiso, “diez o doce personas nos organizamos en tres grupos para poder visitar y grabar todos los espacios”, como la nevera -“donde permanecían los recién llegados”-, las galerías, el patio, los chabolos... En aquella experiencia recopilaron seis o siete horas de grabaciones “que creíamos que eran una base muy potente sobre la que rememorar lo que significó aquella lucha”, apunta el productor. Dos o tres años después, el colectivo de insumisos presos volvió a reunirse para tomar decisiones sobre el material filmado “y decidimos encargarle el guión y la dirección a Lander Garro, al que conocíamos por su trabajo y también por su sensibilidad hacia este tema”, dice Aranguren, que explica cuáles fueron -y son- las dos premisas que comunicaron al realizador: “Le hemos pedido que haga un documental para decirle al mundo que aquí hubo una lucha que se saldó con una victoria sobre el Estado, que tuvo que eliminar la mili, y que se muestre la desobediencia civil no violenta como una herramienta eficaz de acción política”. Por su parte, Izaskun Arandia, productora de Izar Films, comenta que se sumó al proyecto porque “aquellos años nos tocaron a todos, no solo a los hombres”, pero, sobre todo, porque “me gustó mucho cómo querían abordar el tema desde un punto de vista positivo, recordando y celebrando aquella victoria”.

en sanfermines Lander Garro tuvo claro desde que le convocaron que “ahí había una historia”. “Me llamó la atención que las personas que se habían juntado para grabar antes de la demolición rondaban ya los 50 y cuando me puse a investigar quiénes eran, vi que cada uno había desarrollado su vida y su carrera por su lado, pero que todos coincidían en que conservaban un cierto halo de rebeldía, que de una forma o de otra habían escogido un camino que tenía que ver con la sociedad, con lo colectivo, con intentar mejorar el mundo”. Finalmente, escogió a seis de ellos. “Yo soy escritor y creo que la mejor forma de contar las historias es particularizar y mostrar ejemplos”. En definitiva, “no quería tanto mostrar el movimiento antimilitarista o insumiso en general, sino cómo esas ideas tomaron forma dentro de cada uno de ellos”, agrega.

El documental se va a componer de imágenes de archivo, “que son un recurso imprescindible para hacer un ejercicio de memoria con el que los que vivieron aquello podrán revivirlo y los que no, descubrirlo”. Por otra parte, habrá entrevistas con los protagonistas, a los que, asimismo, seguirán en su vida cotidiana. “Algunos lo niegan, pero siguen siendo unos rebeldes incurables”, remarca el director, que también rodará en los Sanfermines de este año para recordar cómo cuando estos jóvenes estaban presos, “una comitiva acudía a las inmediaciones de la cárcel y les lanzaba bidones con alcohol para compartir la fiesta con ellos”. Para el realizador es impresionante saber cómo “en una de las fiestas más internacionales del mundo, en la misma ciudad y al mismo tiempo había unos presos a los que parte de la ciudadanía iba a ver para solidarizarse con ellos”. Un contraste excepcional.