madrid - Los espectadores de televisión la reconocen por su personaje de Sole en la serie que ahora emite Fox ‘Vis a vis’. Tiene un largo recorrido como actriz y es la institutriz en la ‘La vuelta de Nora’, un texto que intenta buscar el desenlace al que hace 140 años Henrik Ibsen estrenó en Copenhage.

¿Cómo es la función que va a representar el viernes en Santurtzi, ‘La vuelta de Nora?

-Es una secuela de Casa de muñecas. Es una pieza independiente, se puede ver aunque no hayas visto o leído la obra de Ibsen. Nora es la mujer que abandonó su hogar y a sus hijos porque se sentía una mujer objeto, una mujer muñeca, lo deja todo y busca fuera una vida nueva, pero regresa.

‘Casa de muñecas’ cumple este año el 140 aniversario de su estreno en Copenhague y sigue siendo un texto vigente. ¿Hemos avanzado tan poco en estos temas?

-Parece mentira, ¿verdad? Pero después del tiempo pasado, y aunque se ha avanzado mucho en los temas de igualdad, equidad o libertad para la mujer, da la sensación de que solo han transcurrido 15 años. Cierto, aún queda camino por recorrer y por eso son necesarios textos de este nivel.

¿15 años es el tiempo que tarda Nora en regresar?

-Exacto. Ella regresa con la intención de conseguir algo y se desencadenan las reacciones de la familia, especialmente las de Torvaldo, el marido; de una hija a la que abandonó cuando tenía tres años y de la institutriz -es el personaje que interpreto yo-, que se hizo cargo de esos hijos que Nora dejó atrás. La vuelta de Nora es una obra sin maniqueos, complacencias, y donde cada personaje tiene su propia voz, sus propios reclamos, sus propias reivindicaciones. Todos tienen razón, que tengan razón es lo que valida todo el texto y le da intensidad.

Que todos tengan razón puede ser una complicación.

-Todo lo contrario, eso evita que sea un discurso de tribuna y le da al texto mucho calado humano. Esta obra ha sido escrita por Lucas Hnath, un joven dramaturgo americano. Estrenó la función en Broadway, ha tenido muchísimos premios y muy buenas críticas; ha sido un éxito total. También nosotros hemos notado la aceptación del público. Hemos estado dos meses en Madrid y ha funcionado muy bien.

Salgamos del teatro y encendamos la televisión. ‘Vis a vis’, ¿cómo está siendo la evolución de Sole, su personaje, en esta cuarta temporada de la serie?

-La evolución no te la puedo contar, hay que ver la serie, sobre todo porque si lo contara, se perderían muchas cosas. Pero sí te puedo decir detalles muy importantes de Sole. En esta cuarta temporada estamos viendo que tiene alzhéimer. Ella no se viene abajo como muchos esperan, tiene mucha integridad y se crece ante los problemas. Cuando pienso en el recorrido que va a tener mi personaje esta temporada me emociono mucho.

¿Se identifica con Sole?

-Con Sole se pueden identificar muchas mujeres, no en el motivo que le ha llevado a ella a la cárcel, pero sí en los sentimientos, en las emociones. Ella es una buena mujer, pero tiene que pagar su culpa.

¿Qué ha supuesto para usted hacer ‘Vis a vis’?

-Es un regalo. Cuando recibí los guiones de la primera temporada, supe que iba a ser una cosa grande en televisión, me enamoré de la serie en la primera lectura que hice. Los textos que nos dieron a los actores tenían de todo: acción, emoción, amor, engaño, traición, ilusión? Y todo partía de una verdad muy tremenda, era el compendio de muchas realidades. Lo que nunca pude calcular fue el tiempo que iba a durar esta maravilla y todo el que quede de vida.

¿Le queda vida? ¿No es esta la última temporada?

No los sabemos todavía, ojalá no. Espero que haya más oportunidades de ver Vis a vis. Hay muchas historias en esa cárcel, en ese grupo de mujeres que lucha, una lucha que cada una de ellas la lleva a su manera. Hay que destacar también la diversidad de modelos de mujer que muestra Vis a vis.

Así que dispuesta a vivir una temporada más entre rejas.

-Ja, ja, ja... Para mí, ha supuesto el regreso a Madrid, llevaba una temporada viviendo en Estados Unidos. Cuando me enfrenté a Sole me pareció una vuelta a la vida, fue creciendo capítulo a capítulo y tomando unos matices tan profundos que me emocionaba en cada línea de texto. Tenía tanta vida y tanta trama que me ha regalado algo con lo que soñamos todas las actrices y todos los actores, el amor del público. Ya no soy solo la madre de la cárcel, soy la madre de la marea amarilla; es un honor que llevo con mucho orgullo.

Sorprende que un personaje bondadoso como Sole esté entre rejas y en medio de presas tan peligrosas y agresivas.

Las chicas no son malas, han tenido un mal pasado y mala suerte, tienen que aprender a vivir en un entorno que no es fácil y es una lección de supervivencia, aunque a veces se utilicen caminos no del todo lícitos. El personaje de Sole es generoso, es justo, es protector y maternal. Cometió un asesinato, las circunstancias le llevaron a cometer un error del que ella está más que arrepentida. Sabe que tiene que cumplir su condena y lo acepto.

¿Se la podría calificar de una asesina arrepentida o lo de asesina es muy fuerte?

-Es una asesina porque mató, pero no tenía otra opción aunque fuera un error tremendo en su vida. Ella tiene muy claro el concepto de justicia y sabe lo malo que es enredarse en bajas pasiones y odios o en reacciones enfermizas. Sole es una joya de personaje que a cualquier actriz le hubiera encantado interpretar, pero me tocó a mí y en estas cuatro temporadas lo he disfrutado.

Pero casi comete el mismo error al intentar matar a Anabel.

-Se corrige, Sole se corrige cuando lo está haciendo. Se da cuenta de la barbaridad que es matar y se arrepiente. Su acto salva a muchas personas.

Primera chica Almodóvar cubana?

-?Y única hasta ahora, fue una gran experiencia. ¿Ves? Otra vez un personaje que es un regalo y qué voy a decir del director.

¿Cómo es trabajar con él? Dicen que es un director muy exigente.

-Trabajar con él en Volver fue muy bonito. Tiene un conocimiento absoluto del ser humano, tiene una sensibilidad muy especial y sabe por dónde tienen que ir los personajes. Tiene muy claro cómo quiere mostrar la historia y eso facilita mucho la labor de los actores. ¿Exigente? Le gustan las cosas bien hechas, pero su trato es maravilloso, no he tenido ningún problema con él. Además, lleva años en el mundo del cine y controla muy bien todas las historias. Fue un placer y un lujo estar en Volver.

¿Es muy diferente a otros directores con los que haya trabajado usted?

-Todos son diferentes. No hay un director que se parezca a otro, que sea igual; afortunadamente todos tienen un punto que los diferencia, es lo mismo que los actores, un papel hecho por uno o por otro no tiene nada que ver.

Parece que disfrutó muchos.

-Nos reíamos mucho con lo que iba sucediendo. Había un ambiente muy bonito en la película, todos estábamos muy contentos de estar ahí. Para mí, fue una experiencia muy bonita. Al principio estaba muy asustada, tenía mucho miedo a no dar la talla y decepcionar a todos. Cuando empecé a rodar fue como si me montara en una montaña rusa, estaba eufórica y al momento me venía abajo pensando que no iba a llegar al nivel requerido. Fue todo demasiado emocional. Hice grandes amigos y fue un lujo trabajar con actores del nivel que tenían los que estaban en el reparto de Volver. Hice amistad con todos.

¿Cuántos años trabajando como actriz?

-El primero fue un musical de trova cubana, se podría decir que fue una ópera de trova. A penas tenía 19 años, fue por el año 83? ¿cuántos años? Muchos, Dios mío, muchoa. Cuando lo digo ahora para sacar la cuenta me horrizo, me parece un número tan grande que prefiero no restar, no se me dan bien las matemáticas, prefiero las letras en los guiones.

Siempre asusta mira atrás y ver como el tiempo ha transcurrido o se ha escurrido.

-Escurrido, pasa sin sentir y no es fácil enfrentarse al paso del tiempo así de golpe.

¿Qué más proyectos tiene entre manos?

-Dos proyectos para cine pero aún no puedo decir nada porque están en proceso de cerrarse. Con la obra estoy hasta junio y después...

¿Le ha sido fácil vivir con el trabajo de actriz?

-No, todo menos fácil. He tenido muchos parones y ha sido un camino complicado. Ahora estoy disfrutando mucho. Cuando llegué a España en el año 96, yo tenía una carrera consolidada en Cuba, aquí fue empezar de cero o por debajo de cero porque pasé años sin hacer nada. En 2001, hice Javier ya no vive solo y empecé a tener trabajo intermitente como actriz.

¿Pensó en tirar la toalla y dedicarse a otra cosa?

-No. Esta es una profesión complicada, a veces tienes y otras no. Tienes que aprender lo que dice el dicho: Guarda pan para mayo y maloja para tu caballo. Estoy en este punto por una cuestión de tenacidad, nunca he pensado en dejar la profesión; nunca, jamás habría tirado la toalla, he tenido que vivir de otras muchas cosas, pero sin renunciar jamás a esto, es la profesión que amo y lo que me gusta hacer y estoy dispuesta a seguir en ella.