Bilbao -“Una ópera épica, con connotaciones religiosas y políticas”, así es como definió ayer Cesidio Niño, director artístico de la ABAO, I Lombardi alla prima crociata, la obra de Giuseppe Verdi que se estrena en el Palacio Euskalduna el sábado 19, y que ofrecerá las demás funciones los días 22,25 y 28 de enero.

Una ocasión especial, ya que como explicó Niño, la función que forma parte del ciclo Tutto Verdi, solo está programada en Bilbao en los próximos dos años. Además, es la segunda vez que se representa en ABAO, ya que hace 43 años se representó con motivo de las bodas de plata de la asociación, en 1976.

La historia, el drama y la religión son la trama principal de la ópera, ambientada en Milán y Jerusalén, producción del Regio di Parma, de “escenografía atractiva y clásica”, que pertenece a los “años de galeras” del compositor. Asimismo, la función ha sido dirigida por Grazia Pulvirenti, viuda de Lamberto Puggelli, artista que ideó I Lombardi alla prima crociata. En ella, las voces son, como advirtieron ayer “un elemento esencial de la obra”, que protagonizan Josep Bros, Ekaterina Metlova, que debuta en la ABAO, y Roberto Tagliavini. Los tres encarnan a los protagonistas principales de la función, Oronte, Giselda y Roberto, respectivamente, función que cuenta además con dos escenas más que la versión original de Parma. Junto a ellos, completan el cartel Sergio Escobar como Arvino, Jessica Starvos como Viclinda/Sofía, David Sánchez como Acciano, Rubén Amoretti como Pirro, y por último Josep Fadó como Un prior de Milán.

Además, la representación de cuatro actos que dura más de tres horas, solo tendrá un corte, y es que como aseguró Ricardo Frizza “merece la pena ponerla en escena como Giuseppe Verdi la creó”, a lo que Niño añadió que “intentamos siempre reflejarlas como el compositor la escribió”.

La música por su parte estará dirigida por Ricardo Frizza, director que ha estado al frente de la Euskadiko Orkestra Sinfonikoa en tres ocasiones en el repertorio verdiano, y como explicó él mismo, es una función en la que el compositor experimentó por primera vez, ya que anteriormente se había inspirado en los trabajos de grandes compositores como Bellini. En esta ocasión sin embargo, introduce elementos como el solo del violín, “muy innovador”, que nunca se ha vuelto a reponer con esas “dimensiones y características”.

Por otro lado, el muro de las Lamentaciones de Jerusalén que aparece es, según Pulvirenti la clave de la obra, y es que es el lugar donde todo el mundo clama por la libertad. En la reposición “mantiene la idea de la versión original pero innovando en ciertos aspectos, para que prevalezca la musica”. Es por ello, que aunque cuando se estrenó las imágenes proyectadas eran de la guerra del golfo, hoy en día se han sustituido por imágenes de conflictos bélicos actuales. Además, “cuando se compuso el territorio de Lombardia estaba ocupado por los austriacos, por lo que Verdi clama por la libertad”. Y es que “el concepto de paz está por encima de todos ellos”.

El Coro La cuarta obra de Verdi cuenta con la aparición estelar del coro, que “una vez que entra en escena, no sale”. Por eso, Frizza, al frente de la Euskadiko Orkesta Sinfonikoa, se enfrenta a una partitura en la que Verdi “experimentó”, y en la que estará acompañado por el Coro de Ópera de Bilbao, dirigido por Boris Dujin. Además, las escenas de batallas-para las que han recibido formación- que tienen que llevar a cabo los integrantes del coro y figuración son clave.