durango- Vanguardista y heterodoxo por naturaleza, el músico Joseba Irazoki comparte su trabajo junto a múltiples proyectos, de Duncan Dhu a Nacho Vegas o Atom Rhumba, con su carrera en solitario. Estos días presenta en Durango su segundo disco junto a su grupo, Lagunak, el rockero pero inclasificable Zu al zara? (Bidehuts), que presentará a principios de año en Donostia y Bilbao, entre otras ciudades vascas. “Los creadores repiten mucho las fórmulas”, explica Irazoki. .

Llega a Durango de una gira en México con Nacho Vegas. Agenda apretada ¿no?

-Bastante, sí, pero no queda otra para poder vivir de esto. Hay que estar a todas y aún así, no es fácil tener un sueldo digno.

Han pasado tres años desde el primer disco con Lagunak. ¿Ha ido acumulando material o es producto del trabajo reciente?

-Es material que he ido acumulando. Mi método de trabajo normal es ir recopilando ideas que surgen de la improvisación. Luego vuelvo a escucharlas suelo hacer una selección de lo que me gusta y a base de tocar sobre esa idea principal, van surgiendo las canciones. Para este disco alguna ya la estábamos tocando en vivo. Normalmente, he ido a grabar mis discos sin casi ensayar porque todos andamos liados.

Ha grabado con Abraham Boba, Aida Torres e Israel Marco, músicos habituales de directo, ¿por qué no otros ‘amigos’?

-El núcleo de Lagunak tenía claro cuál iba a sería porque así hicimos los últimos conciertos, y creo que conseguimos tener un sonido muy definido. Son músicos que admiro y con los que tengo mucha afinidad musical y personal. Las colaboraciones han ido surgiendo mientras íbamos grabando. Para este disco tenía en mente meter algunos arreglos de sintetizadores y a medida que íbamos haciendo temas fui pensando quien podría encajar. Aida vino a hacer coros porque Johannes (el productor) escuchaba voces femeninas en algunas canciones. Soy fan de Aida y enseguida tuve claro que tenía que ser ella.

¿Buscaba con ella, miembro de Jupiter Jon, un contrapunto a tu voz?

-Me gusta mucho cómo usa su voz, como Maite Mursego. La idea fue un acierto. En cuanto a los dúos femenino-masculinos, no soy especialmente fan de esa combinación. Esos proyectos se venden un poco como Pimpinela ¿no? Seguro que es cosa mía, pero es la sensación que me suele dar.

Su universo sonoro carece de prejuicios y es muy arriesgado, pasa de la experimentación al funk, el post-punk, la psicodelia.... ¿Nada le da miedo?

-Sé que nunca será superventas (risas). Por supuesto que no suelo mirar al mercado, pero sí que quizás el entorno me afecte bastante a la hora de elegir qué músicas hacer en algún momento. Euskal Herria todavía sigue siendo territorio rock y quizás por la respuesta que he tenido en conciertos es lo que me ha salido esta vez. También es verdad que el disco es bastante variado aun estando las guitarras eléctricas siempre muy presentes. En ese sentido nunca he tenido miedo a experimentar o probar formas nuevas. En los discos en los que canto sí suelo ser más inseguro, pero esta vez me he sentido más cómodo que nunca probando diferentes tesituras.

Quizás como novedad, ha introducido sintetizadores y teclados para colorear su música.

-El sonido del cuarteto ahora mismo está bastante definido y es marcadamente rock, pero ya me rondaba por la cabeza el probar con estos sonidos. En la primera fase de la grabación vimos que las canciones funcionaban como las tocábamos en el local y que necesitaban pocos arreglos, pero probamos a meter estos colores en algunos temas. Le han dado un punto de sofisticación y personalidad que se agradecen en la escucha.

Siempre a su aire... “Es la música que me sale”, suele explicar. ¿Sobra miopía y falta atrevimiento, tanto en el creador como en los oyentes?

-En general, diría que los músicos hacemos lo que nos pide el cuerpo en cada momento. Algunos seguro que buscan la inmediata aceptación y un éxito fácil, para lo cual tiran de fórmulas. Pero creo que todos en su medida siempre buscan algo que les motive y les sorprenda. Lo de arriesgar es muy relativo. Un músico experimental puede parecer que arriesga, pero si es lo que lleva haciendo toda la vida no sé yo si arriesga demasiado... De todas maneras, sí que creo que en general repetimos mucho las fórmulas y los que no lo hacen tienen poca atención por parte de público y medios. Hay cosas en el mainstream que son interesantes, pero la mayoría de las veces las cosas interesantes surgen fuera de los focos.

Dice que “la normalidad es el castigo”. ¿Heterodoxo por naturaleza?

-En lo musical parece que sí. He hecho discos de todo tipo y donde más disfruto es en los terrenos que se salen de la norma.