santander - La directora Paula Ortiz, que saltó a la fama por La Novia (2015), una adaptación de Bodas de Sangre de García Lorca, cree que es el momento de reivindicar a la mujer en el cine “y de tomar fuerza con toda justicia” para superar su presencia en la industria como “anécdota cultural” o como “objeto”. “Es un momento de reivindicación y de tomar fuerza además con toda justicia porque siempre hemos sido una anécdota cultural y siempre éramos el objeto y nunca el sujeto”, dice la directora con motivo de su participación en las actividades culturales de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

Como directora, Ortiz destaca la reivindicación que se está haciendo por los derechos de las mujeres y en favor de su significado como “sujeto y motor” de la cultura. Afirma que los medios audiovisuales tienen una “potencia muy fuerte” en el imaginario colectivo para concienciar sobre el feminismo. A su juicio, el cine ha llevado la vanguardia en este ámbito con movimientos como los norteamericanos Time’s Up o Mee too, que han tenido una fuerza “muy evocadora” porque la potencialidad de Hollywood y su imaginario “es enorme en el resto del mundo”.

En este momento, Paula Ortiz está trabajando en dos proyectos, y uno de ellos es una versión del cuento francés Barba Azul, que “bucea” en los procesos de dominación entre los hombres y las mujeres y que, de momento, no sabe cuándo estará terminado.

Sin tener muy claro si el cine fue para ella una vocación o una cuestión de sensibilidad, Ortiz asegura que repetiría con otro clásico después de su éxito con la adaptación lorquiana, puesto que, a su juicio, lo popular ofrece “un tesoro narrativo” que a veces no se aprovecha. Esta cineasta reconoce haber sido una fiel lectora de los clásicos en su infancia y, por ello, apuesta por descubrir las “historias y universos” que ofrece este género. Ortiz, que estudió filología hispánica y después se especializó en guión y dirección, destaca que La Novia supuso un privilegio por trabajar con el texto de Federico García Lorca. Según su directora, fue un proyecto pequeño e independiente cuyo inicio supuso “mucho riesgo”, con un presupuesto “escueto” que se sacó adelante por el esfuerzo de todo el equipo, tanto técnico como artístico. - Efe