madrid - El director de orquesta Jesús López Cobos, que llevó la batuta ante algunas de las más importantes formaciones musicales del mundo, falleció ayer en Berlín a los 78 años a consecuencia de un cáncer y sus restos serán trasladados a Toro (Zamora) su ciudad natal, donde serán enterrados.

La localidad zamorana de Toro dará sepultura en los próximos días “con todos los honores” -en el monasterio de Sancti Spiritus el Real, después de un funeral en la colegiata de Santa María la Mayor de este municipio- a este director de orquesta al que amigos, compañeros y personalidades del mundo de la cultura y la política califican como “uno de los mejores”.

López Cobos (1940) desarrolló la mayor parte de su carrera en Centroeuropa, donde fue reconocido en los grandes teatros europeos y americanos, como la Ópera de Berlín, donde fue director de orquesta entre 1981 y 1990; o la Orquesta Nacional de España (1986-2000) y la Orquesta Sinfónica de Cincinnati (EEUU), entre 1990 y 2000, entre otros.

Pero también fue protagonista de otros momentos como el que recordó ayer el Gobierno, a través del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo: “Fue un hombre que realizó una proeza el año pasado en el Auditorio Nacional al dirigir las nueve sinfonías de Beethoven en un solo día. Un esfuerzo físico y mental que todos los amantes de la música le agradecimos”, afirmó. “Con su muerte España pierde a una figura destacadísima en el panorama de la música sinfónica y de la ópera”, matizó sobre quien fue también director musical del Teatro Real entre 2003 y 2010. Una etapa en Madrid a la que llegó de la mano de Emilio Sagi, director artístico del Teatro Real de Madrid de 2001 a 2005, y quien le abrió la posibilidad al público español de disfrutar “de un gran músico, muy perfeccionista”, expresó Sagi a Efe. “Me siento muy orgulloso de haber trabajado con él durante cuatro años”, reconoció sobre esta etapa en el Real, uno de los de los pocos escenarios en los que se pudo disfrutar en España de su trabajo como director de orquesta. Pero quien le dio su primera oportunidad fue Peter Maag, de quien fue ayudante en Venecia, al proponerle dirigir como titular la Flauta mágica de Mozart, uno de sus primeros pasos hacia el podio.

“Amaba su trabajo por encima de todo y sabía que el cincuenta por ciento de su quehacer sobre el podio consistía en explicar a los músicos su visión de cada obra, sin querer imponer que ésta fuera la única posible”, contó en una nota.

Entre los reconocimientos que recibió a lo largo de su vida, López Cobos se encuentran el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1981), y del gobierno de Alemania obtuvo su más alta condecoración civil, la Cruz al Mérito de Primera Clase de la República Federal, por su aportación a la cultura germana. En 2012 también le concedieron el Premio Castilla y León de las Artes 2012 en reconocimiento a “su proyección internacional”.

Y es que, destacó Beatricce Altobelli, su agente durante 40 años, “músicos hay muchos, pero él era, además, un gran señor, inteligente, espiritual y elegante dirigiendo a sus músicos”. “Un grande que quería descansar en Toro”, dijo, y explicó que están organizando un gran homenaje en Toro. Localidad donde descansarán sus restos mortales y que decretó ayer a mediodía tres días de luto oficial en el que las banderas de los edificios municipales ondearán a media asta.

Por su parte, Antonio Moral, director del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), lamentó la muerte de un “amigo generoso como pocos”, pero también de un “hombre bueno que tenía una sensibilidad exquisita”. “Hoy, Maestro, nos dejas un gran vacío, pero también el recuerdo de tantos momentos hermosos”, matizó.

Momentos que se podrán ver en el documental que desde 2010 prepara sobre López Cobos la realizadora Cristina Otero. “Por desgracia -dijo a Efe- el documental no se ha podido terminar antes de su muerte, aunque él lo vio y le gustó mucho, pero faltan unos archivos que nos tiene que dar Radio Televisión Española y falta financiación. Le he seguido y he rodado con él por Suiza, Berlín, Viena, Valladolid, Málaga y tenía previstos conciertos para este año en España”.

tristeza en berlín y viena La Deutsche Oper berlinesa lamentó ayer en un comunicado la muerte del “destacado artista” y “muy estimado colega” Jesús López Cobos, director musical de esta institución entre 1981 y 1990. “Nobleza y soberanía, versatilidad e imperturbable seriedad en el trabajo artístico” son las palabras elegidas por directores artísticos, músicos y periodistas de este lugar para describir su personalidad artística, y reflejan en una “notable coincidencia” en qué medida fue en vida todo lo contrario a una “glamurosa estrella del atril”.

Por su parte, el actual director de la Ópera de Viena, Dominique Meyer, destacó del fallecido “la enorme experiencia, la gran diversidad musical y el incomparable conocimiento, sobre todo, pero no únicamente, en el repertorio italiano”, así como su “competencia y paciencia”. - Efe