Son muchos los focos que se han puesto en el cuarteto de un tiempo a esta parte y no sólo en la península. También al otro lado del Atlántico, Biznaga se está abriendo camino. Por extraño que parezca, eso sí, todavía no han pisado tierras alavesas, algo a lo que se va a poner remedio esta misma semana.
Después de su actuación será el turno para esos ‘jovencitos’ The Rezillos.
-Sí, sí, unos novatos (risas).
Para estrenarte en Gasteiz, ¿bien, no?
-Va a estar guay y es un honor tocar con ellos, pero bueno, al final, tú vas a dar tu concierto y no te amilana o presiona nadie ni nada (risas).
La excusa perfecta es ‘Sentido del Espectáculo’, un disco que habla bastante de esa exposición permanente que cada individuo hace de sí mismo en las redes, aunque el espectáculo que estamos montando como sociedad daría para seis o siete discos, ¿verdad?
-Y más. Es desmedido. Cualquier cosa que se pueda escribir hoy mañana va a ser superada por la realidad, seguro. Es un tema apasionante, interesante, perturbador y seguramente el más actual. Todas las relaciones, toda la vida tal y como la conocemos, la estamos mirando de forma constante a través de ese filtro. El amor, el salir por la noche... cualquier cosa de la que se han escrito mil y una canciones, ahora pasa por las redes sociales.
Pero dicen que, por lo menos para la música y su difusión, Internet no viene mal...
-Por supuesto. Internet, en su inicio, es un proyecto revolucionario en lo positivo, sirve para democratizar el acceso a un montón de cosas que antes estaban limitadas a una elite. Y sigue teniendo aspectos interesantes, como la rapidez y sencillez de comunicación. Pero todo ello no puede ocultar que también trae una serie de consecuencias negativas que yo creo que no se esperaban en un inicio. Además, esto a los humanos nos pasa mucho. Aparece algo que en teoría puede ser positivo y nos las arreglamos para convertirlo en un vicio y un problema.
¿Jorge, Álvaro, Milky y Pablo tienen perfiles de Facebook, Twitter y estas historias?
-Yo, personalmente, no tengo. Pero sí llevo algunas de las redes sociales del grupo porque entiendo que son positivas para la banda. Pero, en general, no somos gente muy de redes sociales.
Lo cierto es que ustedes no paran, también fuera, y aunque el mercado no está para fiestas y seguro que no se están haciendo de oro, ¿contentos con lo que les está pasando?
-Sí, muchísimo. Cada día más, de hecho. La banda no ha parado de crecer desde que empezó. Como bien dices, el panorama musical, la industria y los medios de producción te permiten llegar hasta cierto punto, que no es un punto muy alto. Es un panorama muy poco desarrollado con respecto a otros países. Pero al margen de eso, estamos disfrutando mucho. Cada vez nos va mejor, nos conoce más gente y eso, al final, es lo principal.
¿Mejor en los directos que entre las cuatro paredes del estudio?
-No te creas. A mí personalmente, me gusta mucho el proceso de composición, por ejemplo. Creo que el directo lo hemos ido apreciando a base de coger tablas y de funcionar los cuatro como una maquinaria bien engrasada. Desde hace un año y medio, o un par de años, disfrutamos muchísimo del directo. Pero el estudio es muy importante en el proceso creativo, te permite desarrollar una serie de cosas que en los conciertos son imposibles.
¿Qué tal la experiencia al otro lado del Atlántico? ¿Muchas diferencias entre el público de México y Estados Unidos, por ejemplo?
-Ha sido una experiencia muy positiva, sobre todo en Puerto Rico y en México. En Estados Unidos, a nivel personal, lo pasamos genial pero es verdad que el entorno era un poco más frío. Tomamos parte en un festival muy grande en una ciudad en el que en un día se pueden hacer 300 conciertos y estábamos de un lado para el otro. Sin embargo, en México dimos pocos conciertos pero el público estuvo muy entregado y nos lo hizo notar. Esperamos volver este año otra vez.
¿Nuevo disco para 2019 o...?
-Es la intención. En 2017 nos dimos una paliza de conciertos. Y en 2018 queríamos limitar la agenda, pero la verdad es que está siendo complicado. La idea es que no se nos vaya de las manos y tener tiempo, energía y la cabeza fría como para trabajar en canciones que podamos sacar en un disco en 2019.
De un tiempo a esta parte, tienen a la prensa especializada diciendo maravillas de ustedes, cuando no se montan debates sobre si lo que hacen es punk, pop o... ¿Cómo viven tanta atención?
-Lo del punk y el pop es ya un clásico (risas). Sin más, tampoco nos preocupa mucho. Nos da un poco igual. No le damos excesivo valor a esas cosas. Lo que tiene valor es hacer canciones que le gusten a la gente.
Por cierto, cuando el grupo sea mayor, ¿cómo les gustaría que fuese Biznaga?
-Vamos poco a poco, no sabemos si llegaremos a la edad adulta (risas). Además, primero igual habría que definir qué es eso de la madurez de una banda. Sé que estamos avanzando mucho y que con cada paso, la cosa evoluciona. Siempre estamos en plena evolución palpable en todos los sentidos.