- Desde casa hay que llevar dos cucharas, una sartén y un dedal para el dedo corazón de la mano izquierda. Eso y ganas de aprender y disfrutar practicando. “Procuro que sea todo muy didáctico y sencillo. De hecho, la gente que viene, sale tocando. Los resultados se ven rápido. Es un curso muy entretenido”, explica la cantante y percusionista vallisoletana Vanesa Muela. En el marco de la quinta edición del Aitzina Folk, la intérprete de Laguna de Duero acudirá este sábado para ofrecer un taller especial en Artium, una clase magistral sobre percusión con instrumentos de cocina que se desarrollará de 16.00 a 20.00 horas y para la que todavía quedan plazas disponibles (el precio para poder asistir es de 20 euros).

“Vamos a trabajar en base a ritmos conocidos y comunes como jotas, seguidillas y fandangos. Bueno, y además vamos a cantar. Es decir, vamos a hacer lo que los músicos tradicionales, tocar y cantar a la vez para que alguien baile”, apunta la artista, quien reconoce que “hemos perdido demasiadas destrezas. Hemos perdido hasta la memoria porque ahora tenemos soportes donde grabarlo todo; el oído, porque antes nos cantaban desde que nacíamos hasta que moríamos y nos cantaban al oído quienes teníamos cerca; hemos perdido mucha coordinación, ritmo y si hablamos del baile, ni te cuento, porque la gente joven ya no baila. Así que sí, hemos perdido muchas cosas. Y ese curso hace hincapié en la importancia de mantener y recuperar” lo que no hace tanto era normal.

Cualquier persona es bien recibida en sus talleres, aunque Muela describe que a estas clases magistrales acuden muchos profesores de música “interesados en lo que trabajamos puesto que es algo que luego pueden trasladar de manera muy sencilla a sus aulas”. A ellos se unen “muchas personas amantes de la música tradicional que se apuntan para aprender a tocar con la cuchara y luego, en algunos casos, presumir en la bodega ante los amigos”, sonríe la cantante y percusionista. “En general, quien viene está interesado, tiene ganas y quiere conocer o mantener el legado de nuestros antepasados”, apunta.

En este sentido, la artista, que lleva cantando desde que tenía seis años, describe que “hoy parece que empieza a haber una necesidad de aprender estas cosas”. Eso sí, no hay lugares donde acudir. “La gente está volviendo la vista atrás, supongo que porque está cansada de vivir en este mundo globalizado en el que todos vemos lo mismo, comemos lo mismo, hacemos lo mismo, compramos lo mismo. Da igual que seas de Valladolid o Murcia, todo es igual. En la radio escuchas lo mismo, en la tele ves lo mismo. Frente a eso, hay muchas personas que están haciendo una vuelta al pasado, a conocerse otra vez”.

Aún así, Muela considera que no en todos los lugares de España se tiene la misma consideración hacia el folklore. “Es una fortuna ser todos tan distintos, pero hay comunidades y comunidades. En Castilla y León tenemos una variedad y una riqueza que no hay en otros sitios pero, sin embargo, no se le da la importancia que tiene a ese patrimonio como sí se hace en el País Vasco, Cataluña o Galicia. Allí sí se protege lo propio”.