A un lado, la huella que le dejó la muerte de su padre. Al otro, la influencia de las comedias shakesperianas -sobre todo, Sueño de una noche de verano-, que es el campo en el que esta vez ha decidido llevar a cabo su labor de investigación y creación escénica Teatro de la Ciudad. Entre medio, un Andrés Lima que es, al mismo tiempo, autor y director de Sueño.

Como sucedió ayer con La ternura de su compañero de proyecto Alfredo Sanzol, Lima llega esta noche al Principal para tomar parte en la cuadragésimo segunda edición del Festival Internacional de Teatro de Gasteiz. Lo hace, como suele ser habitual, a partir de las 20.30 horas, quedando todavía entradas disponibles en el edificio de la calle San Prudencio por entre 18, 12 y 6 euros. “Es una comedia muy trágica”, explica la actriz gasteiztarra Ainhoa Santamaría, que regresa a su ciudad natal esta vez acompañada en el reparto por Chema Adeva, Laura Galán, Nathalie Poza y María Vázquez.

Sobre las tablas, Lima parte de su historia personal para hablar de un hombre que se acerca a sus últimos días y se aferra a la vida de una manera pasional, tal vez torpe, porque se niega a marchar. Cuando bebe o se encuentra en estados delirantes, sueña con sus primeros amores, conecta con la pasión, con la juventud, con la carnalidad..., situaciones que conectan con Sueño de una noche de verano, con esa parte de locura festival donde el miedo y el humor pueden convivir. “Es una función dura pero, al mismo tiempo, no te deja entristecerte. Es algo que te rompe y te atrapa” describe Santamaría, quien, más allá del fondo, resalta también la forma, es decir, el hecho de trabajar el texto en verso y el lenguaje que se utiliza.

La actriz vitoriana destaca, asimismo, el hecho de que Lima “haya permitido en todo momento que la tragedia se mostrarse. No ha querido ocultar nada, ni guardárselo, ni tapar cuestiones determinadas por el hecho de estar realizando una comedia”, una característica que espera que también valore el público que hoy se acerque hasta el Principal. “¿Porqué decimos te necesito? ¿Cuál fue tu primer amor? ¿Qué te vuelve loco: un amor no correspondido o una vida no vivida? ¿Porqué nos intranquilizan los locos? ¿y los simples? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Y antes? Quiere esta comedia mirar el placer y el dolor y darle sentido a este baño de sensaciones que puede ser el amor a la vida” deja escrito, por su parte, el dramaturgo y director.

Como en el caso del montaje de Sanzol, no se trata de realizar una versión de nada, sino de tomar como referencia el sello shakesperiano para, a partir de ahí, crear desde cero, investigar, proponer, realizar. Aún así, tanto en La ternura como en Sueño aparecen temáticas recurrentes en el dramaturgo inglés, cuestiones esenciales de la condición humana. “Puede que no hable muy bien de nosotros como especie”, comparten los integrantes de ambos repartos, el hecho de que comportamientos y situaciones se reiteren pasados los siglos, aunque sin querer mostrar un pesimismo excesivo ni entrar en valoraciones moralistas, que tampoco es el caso.