barcelona - Las escuelas viven la margen de sus bibliotecas, que siguen disponiendo de materiales obsoletos y no cuentan con recursos para actualizarlos, según un estudio de la Fundación Bofill, que busca 30 centros educativos para potenciar las bibliotecas como agentes de innovación educativa. El director de la Fundación Bofill, Isamel Palacín, reconoce a Efe que “es muy necesario incorporar el papel de las bibliotecas en las dinámicas de funcionamiento de las escuelas” y denuncia que la inversión en las bibliotecas de los colegios “es escasa”, los horarios de apertura son “reducidos” y las actividades de dinamización y de apoyo al currículum son “mínimas”.

Teniendo en cuenta que la compresión lectora es “básica para garantizar el éxito educativo”, el experto reivindica el protagonismo de las bibliotecas, “no como almacén de libros”, sino “como agente dinamizador del aprendizaje, al que se puede recurrir a partir de los proyectos educativos transversales de cada centro”. En el actual contexto de transformación educativa, una biblioteca escolar debe ser “activa e integrada” y debe poder responder a algunos de los retos educativos actuales como personalizar los aprendizajes, integrar las alfabetizaciones múltiples o el acceso a contenidos de calidad para desarrollar habilidades y competencias, según el experto. Palacín señala el papel “importante” de la biblioteca escolar para garantizar la equidad y el acceso de los alumnos más vulnerables a contenidos de calidad, así como para favorecer la cohesión de la comunidad e ducativa.

Teniendo en cuenta el potencial educativo de la biblioteca escolar, la Fundación Jaume Bofill ha iniciado un programa por el que busca 30 centros educativos de Cataluña que quieran repensar el papel de su biblioteca escolar. - Carme Picart/Efe