Vitoria - Todo tiene un final y el de Betagarri ya ha llegado. De hecho, este viernes por la noche, los gasteiztarras dieron su último concierto en el marco de la vigésima edición del festival navarro Hatortxu Rock, la guinda a 24 años de trayectoria. Detrás quedan innumerables vivencias, compañeros de camino que entraron y salieron, doce trabajos discográficos -incluyendo los grabados en directo- y un listado enorme de conciertos (la banda dice tener sus más de mil actuaciones documentadas por lo menos con fecha y lugar) que ha pasado también por Japón, Suiza, Italia, Alemania, Argentina... sin olvidar la relación tan estrecha que siempre ha tenido la formación alavesa con los escenarios catalanes.
El adiós no le ha pillado por sorpresa a casi nadie, aunque se esperaba que la banda publicase un último disco. Ya tras la celebración de su vigésimo aniversario, que se tradujo en el lanzamiento de 20 urte zuzenean, sus componentes hablaron de la necesidad de abrir un periodo de reflexión. “Si con 19 años me hubiesen dicho que iba a seguir tocando con 40, no me lo hubiese creído. ¿Vamos a seguir cuando tengamos 50? Pues diría que no pero...”, decía en estas mismas páginas Unai Lobo en 2014. “Lo que pasa es que ha llegado un momento en el que te subes al escenario y bueno... sin más. Siempre hay rachas en las que te subes más motivado y otras menos. Creo que el grupo ha notado que había que parar un poco la maquinaria y plantearse algunas cosas. Hay bandas que se separan porque no se pueden ni ver, que no es nuestro caso. Y las hay que hacen giras de despedida anunciadas a bombo y platillo, aunque creo que el día que Betagarri se vaya, se va a ir al instante y para no volver. Si una historia se acaba, se termina y punto, no vamos a estar en la quinta gira de despedida de Los Suaves. Pienso que habrá otro disco nuevo de Betagarri, que volveremos al escenario y luego no sé lo que haremos”, apuntaba también en DNA el año pasado Iñaki Ortiz de Villalba.
Pero ese nuevo álbum no se ha llegado a concretar, aunque había canciones para ello sobre la mesa. De hecho, el concierto en el Hatortxu es el único de este año y el primero desde hace bastante tiempo. Lo cual no quiere decir, por cierto, que sus componentes no estén inmersos, por lo menos en algunos casos, en otros proyectos musicales. Eso sí, aunque sigan otros caminos, nadie les podrá negar haber dado vida durante casi cinco lustros a una banda referencial para la escena de Euskal Herria, un grupo que empezó a dar sus primeros pasos en 1993 sobre tres pilares básicos que se han mantenido hasta el último momento: el ska, el euskera y la amistad.
Fue esa relación de varios amigos de adolescencia y juventud la que dio paso a la formación del grupo en otoño de 1993. Entonces no había vientos, ensayaban en casa de uno de los componentes, no se daban casi conciertos y cuando se reunían a tocar, siempre aparecían terceros, como el desaparecido Javier Goikoetxea, cuyo abuelo utilizaba mucho la expresión darle betagarri, es decir, como se usaba en las carboneras, avivar las brasas. Así que cada vez que los jóvenes salían de fiesta eran la cuadrilla Betagarri.
En poco tiempo, el puzzle musical y personal se fue completando hasta que junto a otras agrupaciones de la Nave Pirata se editó la primera maqueta (cada ejemplar, 500 pesetas). El primer largo, homónimo, tardó algo en llegar. Se hizo posible gracias al sello creado por Soziedad Alkoholika (Mil A Gritos) con la producción de un Bruno Villabela Triku que pasó a ser uno más de la familia a partir de ese momento.
Tras un segundo disco, llegó 80/00, el álbum con el que más han vendido. Una veintena de canciones de la escena vasca pasadas por el sello de los alaveses dieron forma y fondo a un trabajo que les puso en primera línea. “Hay algunos que tras los conciertos me siguen diciendo que qué versión tan buena hago de La chica del batzoki de Betagarri”, se ha reído en alguna ocasión en estas páginas Francis Díez (Doctor Deseo).
En 2002 realizaron su primera gira europea y al año siguiente visitaron Japón a donde volvieron una segunda vez, sin olvidar que también hubo pasos por varios países más, incluyendo Latinoamérica. Claro que si la formación ha tenido una segunda casa en esto de la música, ésta se encuentra en tierras catalanas. No por nada Zuzenean, su primer álbum en directo, se grabó allí. Y no hay más que escuchar hablar a sus componentes de las vivencias tenidas allí.
Haya sido en unos lugares o en otros, Betagarri siempre ha sido libertad, baile, fiesta, diversión, compromiso social y político, intensidad e inquietud. La decisión del adiós llega bien madurada y pensada. Así que no hay ni tiempo ni espacio para las lamentaciones. Sólo queda disfrutar de lo vivido y pensar en que la música seguirá sonando. El fuego no se puede apagar.
Último concierto. En el marco de la vigésima edición del festival Hatortxu Rock, celebrado en Lakuntza, Betagarri ofreció el viernes por la noche la última actuación de su trayectoria.
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Desde su puesta en marcha, el grupo ha editado ‘L’ (1994), ‘Betagarri’ (1997), ‘Arren erro zaharra’ (1998), ‘80/00’ (1999), ‘Freaky festa’ (2000), ‘Remix’ (2001), ‘Arnasa hartu’ (2002), ‘Zuzenean’ (2004), ‘Hamaika gara’ (2006), ‘Bizitzari txistuka’ (2009), ‘Zorion argiak’ (2012) y ‘20 urte zuzenean’ (2014).