Hace diez años ni siquiera el Iradier Arena se llamaba así. En 2006 se había estrenado con las primeras corridas de toros, pero el vendido multiusos todavía no había aparecido por ningún sitio. De hecho, a día de hoy, sigue sin cumplir casi ninguna de las promesas políticas de entonces. Con todo, el Ayuntamiento de Vitoria, en manos de Alfonso Alonso aunque justo en aquellas semanas perdió la alcaldía en favor de Patxi Lazcoz, quiso sacar pecho con la organización de tres conciertos consecutivos: Elton John el 20 de mayo; Fito & Fitipaldis el 1 de junio con Zodiacs de teloneros; y David Bisbal el 1 de julio. El primero no se llevó a cabo, cancelándose cinco días antes. El tercero se trasladó al Buesa Arena. Y el que se produjo, el segundo, fue el único que durante cinco años tuvo lugar en el coso. Hubo que esperar al 26 de mayo de 2012 para que Melendi subiera al mismo escenario.
Entre la segunda y tercera canción de una actuación que duró algo más de dos horas, Fito Cabrales, parco en palabras durante toda aquella noche, sacó su vena más sarcástica. “Bueno, venga, pues queda inaugurado” y se quitó por un segundo la gorra. Hubo aplausos y más de una coña. Aunque por momentos en aquellas semanas llegó a parecer imposible que se llegase a ese instante, por fin la nueva plaza de toros escuchó música. Eso sí, para ser correctos, fueron los Zodiacs los primeros en actuar en una infraestructura que aquella jornada mostró a las claras todas las carencias posibles a la hora de acoger un evento de este tipo, algunas de las cuales siguen sin solucionarse. Corrientes, suciedad, dificultades con los accesos... múltiples problemas que se unieron al más grave, el sonido.
Los técnicos de Fito & Fitipaldis se afanaron en solucionar casi todos los contratiempos en este último aspecto. Aún así, Zodiacs no tuvieron suerte. Era imposible escuchar nada con cierta dignidad. Las cosas, por lo menos en algunas zonas, mejoraron con Cabrales y compañía, más allá de que cualquier persona del público de aquella noche sabe que el saxofonista Javier Alzola vino a Gasteiz porque lo vio sobre las tablas. Otra cosa fue escucharlo. Eso se convirtió casi en un juego auditivo entre las más de 6.000 almas presentes.
A la una y cuarto de la madrugada de lo que oficialmente ya era el 2 de junio, el personal enfiló la salida. El coso quedaba atrás, dejando patente que un edificio recién construido bajo, se supone, unos criterios no estaba a la altura de los mismos. Iba a ser necesario mucho dinero para llegar a unos mínimos y aún así hoy eventos como el Gasteiz Calling tienen que hacer esfuerzos económicos importantes para garantizar una buena calidad en sus citas.
Polémicas antes y después Con todo, Fito & Fitipaldis cumplieron de sobra dentro de una de sus giras más exitosas. Además, su paso por la plaza supuso poner cierto punto de tranquilidad y normalidad a unos meses que, sobre todo antes pero también después, estuvieron llenos de problemas a cuenta del ya mencionado Elton John.
Fue polémico el anuncio de la actuación a través de una filtración, el coste del concierto (más de 600.000 euros) para las arcas municipales en plena prórroga presupuestaria y siendo la cita siete días antes de las elecciones municipales, el formato del recital con respecto al resto de la gira, el aforo, las exigencias del artista... Entre febrero y mayo, se produjeron comparecencias en la Comisión de Cultura del Consistorio, pronunciamientos en los medios de comunicación, debates... aunque al final el 22 de marzo se inició la venta de entradas en el Europa. Aún así, cosas del Ayuntamiento, a esa fecha el edificio todavía no tenía los permisos en regla con el Gobierno Vasco para poder abrir las puertas, un visto bueno que llegó a finales de abril.
El 10 de mayo, todo parecía en orden. El Consistorio certificó ese día que el aforo final se fijaba en 6.000 espectadores (se quedaron 750 entradas sin vender), que The Storys serían teloneros, que se abrirían las puertas a las seis de la tarde y que el británico iba a llegar a Gasteiz en un jet privado, iba a tocar dos horas y media y se iba a ir por el mismo camino. Pero en estas, empezaron a llegar las noticias de cancelaciones de los shows previstos por esas mismas fechas en Sevilla y París. En la tarde del 15 de mayo, cinco días antes del concierto, al Consistorio no le quedó más remedio que dar una rueda de prensa y anunciar que la actuación se suspendía, dejando un agujero de más de 100.000 euros en las cuentas municipales que nunca se recuperó a pesar de los diferentes trámites llevados a cabo.
1 de junio de 2007. Zodiacs, como teloneros, y Fito & Fitipaldis fueron los protagonistas de aquella primera noche en la nueva plaza de toros.