Vitoria - Era verano de 1992. El cartel no tenía más que alicientes para cualquier amante del rock: Guns N’ Roses, Faith No More y los Soundgarden del por desgracia recientemente fallecido Chris Cornell. El escenario, el estadio del Atlético de Madrid. Había unas 50.000 entradas vendidas pero el concierto no se pudo celebrar. La aluminosis que afectaba al Vicente Calderón tuvo la culpa. Aun así, al año siguiente la banda de Los Ángeles volvió al mismo escenario, esta vez junto a Suicidal Tendencies y The Brian May Band. Era 6 de julio, la actuación se llevó a cabo y allí estaba, entre otros miles de espectadores, el periodista gasteiztarra Roberto Arrillaga. “Tengo un recuerdo muy lejano de aquello, aunque creo recordar la imagen de Axl Roses repartiendo pizzas desde un sillón, poco más”.

Por supuesto, no va a faltar a la cita que Axl Roses, Slash, Duff McKagan y compañía tienen el próximo martes 30 en el bilbaíno estadio de San Mamés. “Si hubiera estado también Izzy Stradlin [uno de los fundadores del grupo] ya sería una noche completa, pero qué le vamos a hacer”, dice con una sonrisa, mientras sostiene entre las manos su entrada Golden Circle, que le va a permitir ver a los norteamericanos bastante cerca.

En cuanto pueda, el martes se escapará pronto de Vitoria para acudir hasta Bilbao en coche. Allí espera reunirse con una veintena de personas con las que comparte la pasión por los norteamericanos a través del foro oficial del Azkena Rock Festival, dentro del hilo Axl reparte amor. “Haremos la previa del concierto, luego lo viviremos y cuando acabe nos quedaremos para comentarlo como se merece, no habrá prisa por volver”. Al fin y al cabo “es uno de los tres grupos de mi vida”.

Consciente de que el setlists de canciones guardará pocas sorpresas, Arrillaga recuerda que cuando Guns N’ Roses aparecieron “yo venía de Queen y aquella mezcla de hard rock, rock, punk, aquella puesta en escena, la imagen, la provocación... fue algo impactante”. “Las cosas les sucedieron muy deprisa”, eso sí, y aunque él aprecia todos sus discos (“sí, también Chinese Democracy”) lo cierto es que la banda se fue quedando casi solo en Axl, hasta que esta reunificación casi total apareció. “Espero un concierto lleno de emoción, de magia”, más allá de que él, como tanto otros, está a la expectativa de comprobar cómo funcionará la acústica en el nuevo San Mamés, teniendo en cuenta que el campo se estrena en estas lides.

Claro que a Arrillaga esta actuación tan esperada le va a llegar justo cuatro días después de vivir en primera persona en Madrid la final de la Copa del Rey de Fútbol, que enfrenta en el Vicente Calderón -cosas de la vida- al Alavés con el Barcelona. Una situación, por cierto, que afecta a muchos alavesistas. “Tengo que ir a trabajar [desarrolla su profesión en la cadena Cope] pero también acudiría si no fuera el caso. Por supuesto”. Eso implica, eso sí, un maratón que se puede complicar todavía más si, como él y tantos otros desean, el equipo vitoriano gana puesto que eso se traducirá en recibimientos, visitas institucionales...

“Sé que el miércoles 31 estaré muerto, pero merece la pena. Son dos acontecimientos, para mí, únicos. No creo que vayamos a vivir una final como ésta y no creo que Guns N’ Roses aguante mucho más allá de esta gira. Me parece que va a ser una paliza pero sarna con gusto no pica”.