El Museo Nacional de Arte Reina Sofía acoge estos días la exposición Piedad y terror en Picasso. El camino a Guernica. Una exposición que coincide con el octogésimo aniversario del mítico cuadro de Picasso. Una muestra que estos días colecciona colas. Una muestra en la que las referencias a la Guerra Civil son escasas. La pareja matrimonial de los notorios historiadores del arte Anne Wagner y T. J. Clark defienden una tesis no muy bien encajada por algunos: el Guernica no se realizó como producto del efecto causado en el artista ante masacre del pueblo de Gernika ocasionada por la aviación nazi sino que Picasso pintó esta obra por pura evolución plástica. Nada nuevo bajo el sol. Mucho se ha hablado de un cuadro que no deja indiferente a nadie. Sus réplicas en formato souvenirs son lo más vendido en la tienda del Reina. Es la obra favorita de los turistas. Siempre hay numeroso público contemplándola. El Reina no sería el Reina sin el Guernica.
Recordemos que este mural fue producto del encargo del Gobierno Republicano para ser expuesto junto a otras piezas en la Exposición Internacional celebrada en París en 1937. Exposición que coincidió con la Guerra Civil. Picasso percibió 200.000 francos de entonces por su trabajo. 120.000 euros, en la actualidad. Casi diez veces más de lo que el artista había cobrado nunca por una obra.
Los primeros bocetos realizados por el artista fueron realizados antes del bombardeo del Guernica. Bocetos que fueron cambiando pero no en demasía. La obra, por lo tanto, habla de España y de la Guerra Civil pero no del pueblo de Gernika. Fue el galerista de Picasso el que bautizó el cuadro cuando visitando al artista mientras lo estaba pintando y siendo conocedor del bombardeo de Gernika exclamó “Guernica”. La realidad es que el cuadro no gustaba en la Exposición: el tema era sangriento y los europeos se encontraban en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco se salvó de las malas críticas. Los alemanes lo tildaron de degenerado, para los comunistas -más amantes del realismo- tampoco era de su gusto. Ante este panorama algunos miembros del Gobierno pensaron en sustituir la obra por una del vasco Aurelio Arteta sobre la Guerra Civil. E hicieron campaña para ello. Pero no consiguieron su propósito. Entonces a los responsables políticos del pabellón les pareció oportuno relacionarlo con la masacre ocurrida en Gernika. Masacre que había ocurrido en las mismas fechas de realización de la obra. Por otra parte el Gobierno Republicano necesitaba del apoyo de los artistas para su propaganda y Picasso, por entonces, era un pintor internacionalmente reconocido. Y el Guernica viajó saliendo de Francia con la idea de recaudar fondos para la República: Noruega, Londres, Nueva York, Chicago, Boston, San Francisco? Con muy poca recaudación, por cierto.
Hablar del Guernica en condiciones me exigiría disponer de un espacio enciclopédico. Así que pido comprensión por este final que es: continuará la semana que viene.