Camino de cumplir cuatro décadas de carrera, Depeche Mode han editado este fin de semana su decimocuarto disco, Spirit (Sony), que presentarán el 6 de julio en el Bilbao BBK Live y que suena turbio y denso a ratos; otras bailables y abriendo nuevas vías en el camino electrónico del veterano trío, que se despacha con un disco político -conmina a reaccionar ante el poder de los gobiernos, las empresas y la religión- pero también con espacio para el amor y la pasión.

Spirit le toma el relevo a Delta machine cuatro años después. Y, sin llegar a la excelencia de algunos de sus discos, sigue la estela densa, turbia y oscura de su hermano mayor reciente a la vez que se adentra en nuevos territorios sonoros, sin renunciar a su reconocible estilo, gracias a la producción de James Ford, integrante de Simian Mobile Disco y que ha llevado al éxito a bandas alternativas como Foals, Artic Monkeys o Florence & The Machine.

Spirit es un disco “con mucha fuerza, no solo en cuanto al sonido sino también al mensaje”, explica el trío, un grupo ya clásico del pop de estadio -al mismo tiempo que venerado por la crítica- que ha logrado vender más de un centenar de millones de discos y ha actuado ante más de 30 millones de personas en todos los continentes.

Hay que agradecer a Dave Gahan, Martin Gore y Andrew Fletcher que, al contrario que compañeros de generación como The Cure, sigan editando material nuevo de forma periódica y que se atrevan a colaborar con músicos innovadores para ofrecer novedades y (algunos) hallazgos sonoros sin renunciar a su pop electrónico y oscuro.

Las doce canciones nuevas, que completan con cinco remixes en la edición de lujo, conforman el disco más político de Depeche Mode. Sería fácil e inexacto (sus canciones estaban compuestas y casi grabadas antes de las elecciones en Estados Unidos) calificarlo como su disco anti-Trump, pero sí es cierto que su progresiva ascensión se advierte en el tono del álbum. “Estamos viviendo tiempos de cambios reales y, a medida que envejezco, las cosas que suceden en el mundo me afectan más al pensar en mis hijos”, explica el cantante, residente en EEUU. “Mi hija Rosie sollozó después de las elecciones”, ha contado Gahan.

Revolución “Vamos hacia atrás, armados con nuevas tecnologías pero con la mentalidad de las cavernas / no sentimos nada en nuestro interior porque no hay nada”. Así se inicia Spirit, que concluye con otros versos desoladores. “Sin esperanza? estamos jodidos / nuestro espíritu se ha ido, nuestra dignidad ha partido / hemos fallado”, canta Gore en una de sus dos intervenciones al micrófono.

Entre ambas canciones, en el camino se ofrecen otras muestras de versos comprometidos, como los de Where´s the revolution (“¿Dónde está la revolución? vamos, gente, me estáis decepcionando”), los de The worst crime (cantan a la confusión, la desinformación, la falta de educación?) o los de Poorman, donde se alerta sobre el dominio y el latrocinio de las corporaciones. El disco también deja espacio al amor y a la pasión: “hay demasiado amor en mí, hay fuego en mis venas” y “me gusta cómo te mueves esta noche para mí”.

Revitalizados A pesar de sonar continuista en la atmósfera densa y marcial de sus últimos trabajos, corroborada en la estética del disco y en su primer vídeo, rodado por el fotógrafo y director Anton Corbijn, Spirit muestra a un trío revitalizado en su sonido, como confirman canciones como Scum, baile con unos beats disparados que la acercan a la electrónica contemporánea, o You move, que demuestra que lo sintético puede sonar sexy y muy caliente, o Cover me, de producción excelsa, de crescendo épico y final industrial y repetitivo.

El resto del repertorio ofrece claros hits para el directo como So much love, con un bonito arpegio de guitarra y una melodía arrebatadora, y un par de esos blues sintéticos que tanto gustan al trío, con Poorman a la cabeza, con su guitarra ruidista. Al otro lado de la balanza aparecen las prescindibles Fail y Eternal, a ritmo de balada insulsa.

Spirit, disco que habla “de la humanidad y del lugar que ocupamos en ella”, sonará en el BBK Live 2017. Será la tercera vez que Depeche Mode actúen en Kobetamendi. Debutaron en 2009 y repitieron hace cuatro años. “Volvimos porque habíamos tenido un gran éxito”, según su vocalista. “Me pasé todo un día en el Guggenheim”, recuerda Gore, feliz de salir a la carretera de nuevo y de poder disfrutar de los escenarios tras dejar la botella. “Nuestra fuerza viene de la música, nuestros fans y directos. Es maravilloso poder continuar haciendo lo que más nos gusta tras llevar en ello más de la mitad de nuestras vidas”, concluye Gahan.