“Se ha buscado definir un Plan Estratégico de Cultura de Álava que pueda ser desarrollado junto con otras instituciones y con el sector, buscando superar el cortoplacismo, y que haga de la cultura un elemento central del desarrollo territorial”. Con estas palabras, la Diputación marca el gran objetivo que, negro sobre blanco, explicita en el documento realizado en enero pasado y con el que los partidos están trabajando en las Juntas Generales para realizar la última revisión del mismo.
En concreto, esta herramienta, que responde al principal compromiso adoptado por el Ejecutivo de Ramiro González al llegar al Palacio de la Provincia para esta legislatura, parte de una docena de principios orientadores que hablan de la necesidad de desarrollar una cultura de valores, de la transversalidad, la sostenibilidad, la consolidación del hecho cultural en el territorio, de la formación de públicos, de la igualdad en distintos aspectos (políticas de género, acceso universal a la cultura...), del fomento del euskera, del equilibrio territorial, de propiciar una identidad cultural dinámica y abierta, del impulso de la creatividad, de la apuesta por la memoria y la innovación, y del papel que la propia Diputación debe jugar como elemento “conector” en el sector. Así se recoge en el texto al que ha tenido acceso DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA y que en breve se presentará de manera pública en la Cámara foral.
En este contexto, el Plan plantea cuatro retos fundamentales: incrementar la percepción social del valor de la cultura (punto en el que la institución dice que los medios de comunicación “proyectan una visión muy limitada y sesgada del sector, alejada a menudo de la realidad del ecosistema cultural y creativo local”); atender al desarrollo del sector cultural y creativo; atender al desarrollo cultural equilibrado del territorio; y situar la política cultural en la estrategia global de la administración foral.
En base a esto, el documento elaborado por el área de Euskera, Cultura y Deporte que dirige Igone Martínez de Luna plantea cuatro líneas de actuación prioritarias, que tienen que ver con el trabajo en red y la cooperación, con la necesidad de poner en contacto entre sí las iniciativas locales entre sí y éstas con el exterior, con la sensibilización social en torno a la cultura, y con la labor de progresar en la cualificación personal y organizativa del sector. En este sentido, la Diputación se impone liderar el proceso de coordinación, desarrollar las herramientas para apoyar al sector y ser intermediaria directa entre lo público y lo privado. Eso sí, el departamento, a través del Plan, se quiere obligar a profundizar en el trabajo con la ciudadanía, los ayuntamientos, cuadrillas y otras instituciones, el sector, el resto de departamentos forales, los medios de comunicación, y el mundo empresarial.
De todas formas, como los hechos son los que deben definir en lo concreto las propuestas, objetivos, necesidades e intereses, el propio Plan Estratégico establece una batería de acciones tanto para este año como para 2018, pasos que la institución se compromete a dar en torno a seis áreas: programa de coordinación y red; programa de formación y cualificación profesional; programa de fomento de diversificación financiera; programa de consolidación y modernización de organizaciones culturales; programas de apoyo a la creación y a las prácticas contemporáneas; y programa relacional, de desarrollo de públicos y de sensibilización pública. Todo ello se explicita y desarrolla de manera más detallada en un documento de 42 páginas que los partidos tienen desde hace un mes.