barcelona - El escritor barcelonés Carlos Ruiz Zafón, que presentó ayer en Barcelona su nueva novela, El laberinto de los espíritus, con la que cierra su tetralogía sobre El cementerio de los libros olvidados, aseguró que “la literatura es un arte maravilloso, pero es una amante cruel”. Dijo que “normalmente, los escritores se enamoran de la literatura, pero ella no de los autores, y lo que reciben a cambio no es lo que se espera”.

Convertido en uno de los escritores más leídos en el Estado, el autor comentó que, con su saga literaria, quería “crear un híbrido de todos los géneros, en el que apareciera la tragedia, la novela policial, la sátira, la comedia de costumbres, la intriga o la novela de amor”. Zafón precisó que en todas las novelas se combinan esos géneros, aunque en la primera, La sombra del viento, hay más peso de la novela de aprendizaje; en El juego del ángel predomina la gótica; en El prisionero del cielo, la de aventuras; y en El laberinto de los espíritus domina la intriga, la historia policial.

Tras quince años de trabajo, “más tiempo de lo que pensaba inicialmente”, Zafón tiene la sensación del “trabajo hecho, de no haber tenido que renunciar a nada de lo soñado muchos años antes”. Por la propia naturaleza de las novelas, esos libros hablan sobre su “propio mundo interior, la lectura, el propio proceso narrativo, de cómo se construyen, de cómo se trabaja el lenguaje”, algo que le ha permitido conocer muchas cosas de si mismo, reveló.

En uno de los múltiples aforismos incluidos en este libro, Zafón habla de la ficción, que “nos permite entender cosas que la literalidad no nos permitiría”, pero, aseguró, “la ficción no es una mentira, porque el que la lee ya sabe que es una ficción”. - Efe