gasteiz - Si no fuera por el trabajo que desarrollan los fotoperiodistas de guerra o quienes documentan o retratan las peores crisis humanitarias, el mundo no podría ser testigo, aunque fuese indirecto, de gran parte de sus males y vergüenzas. Labor como la que desarrolla el freelance Santi Palacios, colaborador habitual de la agencia estadounidense Associated Press (AP), que presentó ayer en Gasteiz la exposición European dream, el resultado de casi un año de trabajo tras el objetivo a caballo entre la isla griega de Lesbos, otras localizaciones del país heleno o la llamada ruta de los Balcanes. Con ella, la capital alavesa se adentró de lleno en una nueva edición de las jornadas Periodismo a Pie de Calle, que a lo largo de esta semana analizarán a través de conferencias, proyecciones cinematográficas y otras actividades la tragedia de las miles de personas que han huido, con o sin éxito en sus caminos, o tratan de seguir escapando de la guerra y el hambre para buscar refugio en la Europa comunitaria.

Palacios, madrileño, sociólogo de formación y periodista de oficio, ha seleccionado algunas de las imágenes más impactantes de su periplo por estos pequeños infiernos terrestres donde miles de inocentes han perdido la vida de forma “muy fácilmente evitable” a lo largo de los últimos meses. Casi medio centenar en total, entre las que se incluyen fotografías de los momentos “más duros de Lesbos”, en los que Palacios, sus compañeros de oficio y los todavía escasos voluntarios que se encontraban allí fueron testigos de la muerte prácticamente a diario.

“Se pueden destacar muchas cosas -de esa etapa-, pero la que destaco siempre es que aparte de pasar 800.000 personas por delante de nosotros, vimos muchas muertes. Lo más importante es que estuvimos en una zona de trabajo de fácil acceso, territorio de la UE, con pueblos turísticos, estrechos de mar muy cortos, de entre 3 y 10 kilómetros, y que sin embargo veíamos morir personas hasta el punto de que había semanas en las que nuestro trabajo consistía en documentar cadáveres cada mañana en las playas. Esto era lo más difícil de comprender”, describe el fotoperiodista. Las fotografías de la muestra comenzaron a tomarse a comienzos del verano de 2015 y sus últimas referencias llegan hasta abril de 2016. Tras el siempre complicado proceso de selección que conlleva realizar una muestra de este tipo, la colección “hace más hincapié” en Lesbos, imágenes hechas “en su inmensa mayoría” para la propia AP, aunque también reserva espacios para el proceso de salida de la isla que han protagonizado miles de refugiados con destino a Atenas y su ruta posterior por carretera, a pie o en tren rumbo a ese sueño europeo que la propia muestra lleva como título.

“Llevo prácticamente los tres últimos años casi en exclusiva trabajando en las fronteras del Mediterráneo y me gusta hablar de lo que veo más que hacer análisis. De qué te encuentras allí, de cómo están cruzando y de cómo están reaccionando las autoridades”, destaca Palacios, invitando a la reflexión de quienes se acerquen a ver la muestra. Se ubica junto al remozado Palacio Europa, en la esquina que forman la Avenida Gasteiz y la calle Bolivia, y podrá visitarse hasta este próximo domingo 4. Una reflexión a la que también invitó la concejal de Cultura en Gasteiz, la socialista Estíbaliz Canto, quien reconoció que “viendo estas imágenes es imposible no sentir un poco de vergüenza”.

La primera jornada de Periodismo a Pie de Calle se completó ayer con una visita guiada por la exposición a cargo del propio Santi Palacios y la proyección en los cines Florida del documental To Kyma, Rescate en el Mar Egeo, donde el fotoperiodista ejerció como ponente. Para hoy, el ciclo tiene reservadas una conferencia sobre la Ruta de los Balcanes (a las 12.00 horas en el Europa) y una mesa redonda en torno a la crisis de los refugiados en Europa (19.00 horas, en el mismo escenario), así como el segundo cinefórum en los Florida (22.00 horas), con la película documental District Zero, de Jorge Fernández Mayoral, Pablo Tosco y Pablo Iraburu. Las conferencias y coloquios tienen acceso libre hasta completar aforo, mientras que para acceder a las proyecciones es necesario pagar tres euros de entrada.