A punto de cumplirse 50 años de su estreno en la pequeña pantalla, Star Trek sigue disfrutando de una “larga y próspera vida” con el aterrizaje en cines de su película número 13 y los preparativos en marcha para una nueva serie que llegará a Netflix en enero de 2017. Star Trek: Más allá, que debuta mañana en las salas del Estado, es el tercer eslabón de la saga reiniciada en 2009 por J.J. Abrams, quien repitió en 2013 con En la oscuridad y un reparto liderado por Chris Pine (Kirk) y Zachary Quinto (Spock). Tras la salida de Abrams rumbo al universo Star Wars ha sido Justin Lin (Fast and Furious) el encargado de poner en marcha por enésima vez la nave Enterprise para explorar los últimos confines del espacio, con el también actor Simon Pegg como guionista y el fichaje de Idris Elba para dar vida a un nuevo villano.
En cuanto a la serie, poco se sabe aún más allá de su título, Discovery. Bryan Fuller, productor ejecutivo, anunció hace dos semanas en la Comic-Con de San Diego que se empezará a rodar en septiembre en Canadá y que recordará el mensaje original de la ficción creada a finales de los 60 por Gene Roddenberry: “derribar límites” y “dar esperanza para el futuro”.
La historia de Star Trek se remonta a 1964, cuando Roddenberry, expiloto de guerra y expolicía norteamericano, filmó un primer piloto para la NBC, que fue rechazado. Tras algunos cambios de guión, el primer episodio de la serie original se estrenó en esa cadena el 8 de septiembre de 1966. Con una mujer negra (Uhura), un hombre ruso (Chekov) y un asiático (Sulu) en la tripulación, la serie apostó desde el principio por un mensaje de diversidad e integración en una época en la que en Estados Unidos dominaba la segregación racial y el espíritu de la Guerra Fría. El beso interracial entre el capitán Kirk (William Shatner) y Uhura (Nichelle Nichols), emitido en noviembre de 1968, se convirtió en uno de los momentos más celebrados de la historia de la televisión estadounidense.
La serie original se mantuvo en parrilla durante tres temporadas. La repercusión fue tal que el primer transbordador espacial de la NASA fue bautizado Enterprise y varios actores y su creador acudieron al acto oficial de presentación de la nave en septiembre 1976. El salto al cine se produjo tres años después, en buena medida auspiciado por el éxito de Star Wars. Dirigida por Robert Wise, la primera película no tuvo buenas críticas pero las tornas cambiaron con Star Trek II: La ira de Khan (1982) y dos años después ya estaba en la calle Star Trek III: En busca de Spock, siempre con Leonard Nimoy en el papel del emblemático personaje.
Salvo algún bache puntual, Star Trek no sólo ha sabido adaptarse a los tiempos sino que, en lo que respecta al campo tecnológico, incluso se ha adelantado. En la década de los 80 sus artistas idearon gadgets como una tabla informática muy manejable llamada PADD muy similar al Ipad de Apple o un aparato que inspiró a Motorola para comercializar en 1996 su primer móvil plegable. Menos suerte ha habido de momento con otros de sus inventos, que aún no se han hecho realidad, como el traductor universal, un cilindro que utilizan para comunicarse con los alienígenas o el teletransportador.