Minutos antes de las 17.00, Bruce Springsteen partió ayer del María Cristina rumbo a Lisboa, donde anoche ofreció otra maratoniana exhibición de rock and roll, la tercera de su gira europea. En el exterior del hotel volvió a saludar y firmar autógrafos a los seguidores que durante varios días han hecho guardia día y noche. Su siguiente cita es mañana en el estadio Bernabéu, pero en lugar de viajar directamente a Madrid o descansar en la capital portuguesa, el rockero habría planeado regresar a Donostia.

Así lo corroboraban ayer algunas fuentes de su entorno, que solo dudaban de si volvería nada más terminar su show de Lisboa o esperaría a hoy. Todo apunta a que el músico estadounidense podría estar ya en la capital guipuzcoana, una ciudad en la que parece sentirse cómodo. Con todo, el Springsteen de esta última visita ha preferido refugiarse en la intimidad junto a su esposa, Patti Scialfa, y ha limitado sus escapadas. Sea porque el acoso de fans y medios es mayor o porque a sus 66 años necesita más tiempo para reposar, esta vez no ha habido instantáneas playeras o callejeras y las fotos que han trascendido lo ubican en la entrada del hotel y en el balcón de su suite. Tras tocar mañana en Madrid, le esperan citas en ciudades de Inglaterra, Irlanda, Holanda, Alemania, Dinamarca y Suecia, entre otros países. - DNA